Capítulo 1
Arcos y cabellos dorados
Merida no dejaba de dar
vueltas, estaba afuera del cuarto de sus papás, ambos le habían dicho que
tenían algo importante que decirle, repaso lo que había hecho últimamente.
-
Nada-
pensó la chica pero entonces recordó aquel incidente con los pasteles.
-
UPS-
pensó.
Recordó
lo que había pasado, sus ojos se pusieron en blanco, todo había comenzado en
una mañana, Hamish, Hubert y Harris le habían pedido que jugará con ellos, la
chica se puso un vestido rojo y bajó, después los tres se pusieron a
corretearse, la hermosa princesa había agarrado su arco y simulaba que les iba
a disparar, una de las doncellas iba pasando con una charola que contenía al
menos 20 pasteles, la chica apuntado a Hamish simulaba que iba a disparar pero
entonces se le resbala la mano y dispara, por suerte Hamish logró esquivar la
flecha, esta rebotó en la pared y entonces le da a la charola, y tira los
pasteles.
-
¡SEGURO
QUE ES POR ESO!- dijo la chica recordando lo chismosas que son las doncellas.
Se
moría de pena, esto no era nada bueno, sabía como se ponía su madre,
seguramente le confiscaría el arco tres meses o no la dejaría montar a Angus
por 1 mes o las dos cosas juntas, tenía que inventar una excusa.
No
le dio tiempo de hacerlo, ya que sus padres habían abierto la puerta.
-
Pasa-
dijo el Rey Fergus.
-
Les
juró que no es mi culpa, la doncella se atravesó, además ¿Qué hace una doncella
en el jardín?
Fergus
y Ellinor intercambiaron miradas con caras de confusión.
-
Pero,
¿De qué estas hablando?- le preguntó la reina a su hija.
-
De
lo que ustedes me iban... Esperen, ¿No me iban a regañar?- Dijo Merida
-
No,
pero creo que debemos de hacerlo- le contestó Ellinor.
-
Basta,
no la llamamos por esto, te llamamos por otra cosa- gritó Fergus
-
¿Por
qué cosa?
-
Bueno,
hace muchos pero muchos años, Escocia fue invadido por tres enormes dragones, cada uno medía por lo
menos 10 metros, tenían esclavizado al pueblo- empezó la reina- incluso a los
reyes, los cuáles atemorizados se escondieron bajo tierra, pasaron muchos años
de sufrimiento en el reino hasta que los reyes tuvieron una hermosa bebé
pelirroja, su nombre era Adina, la chica era muy valiente y creció escuchando
historias de dragones, esa era tu abuela.
-
Entonces-
continuó Fergus- la chica decidida escapó, anduvo por el bosque hasta que se
encontró con un hermoso collar, lo tomó, cuando hizo esto sintió un gran deseo
de pelear contra los dragones, cosa que hizo ella sola y logró vencer a los
tres, pero la profecía dice que cuando pasen cien años, los dragones regresaran
buscando venganza, esos cien años están a un año de cumplirse.
-
¿Quién
va a vencer a los dragones?- preguntó la chica preocupada
-
Tú-
le contestó Ellinor
-
Pero...
no tengo el collar
-
Por
supuesto que sí- dijo Fergus y sacó un collar, era azul transparente, un
hermoso azul transparente, tenía forma de triángulo al revés.
-
Tienes
que cuidarlo muy bien- le susurró Ellinor a la pelirroja.
-
Con
gusto madre.
Merida
salió del cuarto de sus padres con el collar en el cuello, fue a su habitación
y guardó el collar en una pequeña cajita, la cuál cerró con llave.
Después
salió al jardín.
-
Angus-
gritó, entonces el caballo llegó galopando.
-
Ven
amigo, vamos a cabalgar un rato
Mientras
en escocia Merida cabalgaba, en el reino de corona estaba por pasar algo muy
extraño, Rapunzel cepillaba a su pequeña hija mientras Flynn estaba fuera del
reino.
-
Que
hermosa eres- dijo la chica
-
Gracias
mamita- la niña tenía cinco años, era de cabello dorado- no mágico- y ojos
verdes, era idéntica a Rapunzel de pequeña, sólo que esta no tenía cabello
mágico, su nombre es Hairy.
-
Estoy
segura de que tendrás un montón de niños detrás de ti- bromeó Rapunzel.
-
¡Mamá!-
chilló Hairy
-
Estaba
bromeando, ¿Quieres ir a cenar ya?
-
Por
supuesto.
La
niña se puso sus pantuflas y bajo corriendo a la cocina del palacio, entonces
se escuchó un fuerte ruido y apareció un espiral azul.
-
¡Mami!-
gritó la pobre chiquilla
-
¿Qué
sucede amor?- preguntó Rapunzel mientras iba a donde la niña estaba.
-
Mira-
le contestó la niña señalando el portal.
-
¿Qué
es eso? ¡Pascal! Ven
El
camaleón estaba dormido, al escuchar que lo llamaban se enojó mucho, Pascal
bajó y vio el espiral.
-
¿Es
un... portal?- Rapunzel había escuchando miles de historias acerca de portales
y ahora presenciaba uno.
Pascal
asintió espantado.
Rapunzel
ordenó que le trajeran un sartén, se lo trajeron de inmediato, la reina lanzó
el sartén hacia el portal y este fue absorbido.
-Guau-
dijo Hairy y entonces se tropezó con su vestido y cayó dentro del portal.
-
¡Hairy!- gritó Rapunzel y seguida de Pascal se metió al portal, el cuál
desapareció.
Rapunzel
apareció tumbada en el bosque, volteó y vio a su hija sana y salva, entonces
escucho los quejidos de Pascal, la chica se levantó, el pobre Pascal había
quedado aplastado por Rapunzel, entonces vio a una chica pelirroja que se
sobaba la frente.
-
¿De
dónde salieron ustedes? ¿Y la cosa que me pegó en la frente?
-
¿Te
refieres al sartén? Lo lamentó, estaba espantada, nosotros venimos del reino de
corona, un... portal apareció y nos metimos y ahora estamos aquí- le contestó
Rapunzel
-
¿El
reino de Corona? ¿En donde es eso?- Preguntó Merida
-
¿No
lo conoces? Estamos perdidos
-
¿Cómo
te llamas- se atrevió a preguntar Hairy
-
Soy
Merida ¿Y tú hermosa?
-
Soy
Hairy, ella es mi Mami, Rapunzel.
-
Los
llevare con mis padres, ellos tal vez conozcan el reino de Corona- le ofreció
Merida a Rapunzel
-
Gracias,
que amable.
El
pobre Angus se estaba casi ahogando traía a Merida, a Rapunzel y a Hairy,
además de a Pascal que simulaba ser el que estaba montando.
-
Te
llevarías bien con Maximus, es el caballo de mi papá- le dijo Hairy al caballo.
-
Seguro
que sí- le contestó Merida- tú de seguro te llevarás bien con mis hermanos, son
unos trillizos muy traviesos.
-
¿Trillizos?
¿Qué es eso?- preguntó la chica
-
¿Recuerdas
a Ana y Sara?- preguntó Rapunzel
-
Por
supuesto, son igualitas
-
Bueno,
pues trillizos son tres hermanos igualitos como Ana y Sara- respondió Rapunzel
-
Sólo
que son tres- especificó Hairy orgullosa
-
Eres
graciosa- le comentó Merida
-
¿Graciosa?-
gruño Hairy
-
Bueno,
tierna- le contestó Merida, a lo que esta le respondió con una sonrisa.
Cabalgaron
por media hora más hasta llegar al castillo.
-
¿Es
este?- preguntó Rapunzel asombrada
-
Sí
-
Es
enorme- gritó Hairy
-
No
tanto
-
Claro
que sí, el palacio en el que vivimos es pequeño en comparación con este-
exclamó Hairy
-
¿Palacio?
¿Ella dijo palacio?- preguntó Merida
-
Sí,
las princesas viven en palacios, yo soy la princesa
-
Esperen...
Eso va a ser muy útil... mis padres conocen a cada rey y reina del mundo.
-
Yo
no conozco a tus padres, nunca había entrado a este reino- le mencionó Rapunzel
-
Seguramente
ellos conocen a tu esposo- contestó la pelirroja
-
Sí-
respondió Rapunzel
Rapunzel,
Hairy, Merida y Pascal entraron al palacio.
-
¡Papá!,
¡Mamá! ¿En dónde están?- gritó Merida pero nadie contestó
-
¡Que
extraño! Siempre contestan, iré a preguntarle a alguna de las doncellas.
-
Bueno-
respondió Rapunzel
Merida
fue a la cocina, Hairy ya no aguantado más por conocer a los trillizos siguió a
Merida.
-
Ingrid-
le dijo la joven a una de las doncellas- ¿Sabes en donde están mis padres?
-
No,
seguro que salieron
-
No
lo se, no es su estilo salir sin avisar
-
Tal
vez cambiaron de estilo
-
Tienes
razón, ¿Y los chicos?
-
En
la cocina
La
joven entró a la cocina, vio a los tres niños que estaban haciendo un desorden
fatal, entonces escuchó un ruido detrás de ella, era Hairy que se había
tropezado, los trillizos al verla se calmaron y se quedaron boquiabiertas ante
su belleza.
-
Torpe
vestido, primero me lanza a un portal y ahora me delata- la niña levantó la
vista- ¡Guau! ¿Esos son los trillizos?
-
Sí-
respondieron los tres a coro
-
¡Ingrid!
Trae unos panquecillos- gritó Merida- Ahora vuelvo, voy por tu madre- le dijo a
Hairy
La
niña se sentó en la mesa viendo a los trillizos de frente.
-
Soy
Hairy, ¿Y ustedes son...?
-
Yo
soy Hamish
-
Yo
soy Harris
-
Y
yo Hubert
-
Mucho
gusto en conocerlos
-
Te
apuesto quien es cada quien- le dijo Harris desafiante
-
A
que sí- le retó Hairy
-
Bien
cierra los ojos- le susurró Hamish, la niña hizo lo que le decían mientras que
los niños cambiaban de lugar.
-
Ahora
ábrelos y dinos quien es quien- la retó Hubert
-
Tu
eres Hamish- dijo señalando a Hamish- Tú eres Harris- dijo señalando a Harris-
y tú eres Hubert- dijo señalando a Hubert.
-
¿Cómo
lo sabes?- le preguntaron los tres juntos
-
Sus
rizos
-
Brillante
deducción- le dijo Harris
En
ese momento entraron Merida, Rapunzel y Pascal.
-
Niños,
mi nombre es Rapunzel y el es Pascal
-
¡Hola!
-
¿Les
gustaría ir al campo un rato?- les preguntó Merida- hasta que lleguen mamá y
papá
-
¡Sí!-
gritaron los cuatro
-
Bueno,
Vamonos- les dijo Rapunzel emocionada
Todos
decidieron ir a pie- excepto Harris- porque Angus no los aguantaría a todos,
estuvieron caminando y hablando por una media hora hasta llegar al campo,
Rapunzel, Merida y Pascal fueron a recolectar moras, mientras los trillizos
intentaban impresionar a Hairy, pero nada, corrían, saltaban, jugaban, reían y
hacían de todo pero no sorprendían a la güereja, se rindieron, los tres la
veían enamorados, entonces la niña exclamó:
-
¡Ay!,
Como se me antoja una manzana
Hamish
Hubert y Harris corrieron para darle la manzana, primero Hubert saltando
intentó agarrar la manzana pero... nada, entonces Harris tomó impulso, brincó y
cayó en los hombros de Hubert- Hairy se quedó perpleja y abrió los ojos como
platos- pero aún le faltaba estatura, finalmente Hamish tomó aún más impulso
y... saltó... y cayó en los hombros de Harris, extendió el brazo y alcanzó la
manzana, bajo con una acrobacia y le entregó a Hairy la manzana.
-
Gracias-
dicho esto le dio un beso en la mejilla, la niña mordió la manzana y cerró los
ojos para saborearla, en eso Hamish se volteó y les sacó la lengua a sus dos
hermanos.
Mientras
tanto Rapunzel y Merida regresaban con las moras, ambas venían platicando muy
contentas cuando de repente Rapunzel no pudo mover las piernas.
-
¡Merida!
No puedo mover las piernas.
La
joven se acercó corriendo y la jaló lo que pudo pero nada... no la podía sacar
de ahí... Entonces empezó a salir humo negro y apareció una persona cubierta
totalmente la cuál empezó a hacer hacia abajo sus manos, le pelo de Rapunzel
creció y se hizo dorado... la persona despareció.
-
¡Mi
cabello! ¡No¡
-
¿Qué
sucede aquí? ¿Quién era?
-
No
lo se, mi cabello volvió a ser mágico
Y
en efecto, Rapunzel tenía razón, pero no sólo su cabello sino también el de
cierta joven pelirroja que la estaba acompañando...