Capítulo 3
Una flor, una puerta...
Aquel pasillo parecía
peligroso... En efecto, lo era, Bella veía a su amado Adam intentando llegar al
final del sendero, estaba preocupada, sabía que en cualquier momento podría
salir algo de ahí... y se llevaría a Adam, cerró los ojos y se mordió los
labios, comenzó a sangrar, la sangre goteaba de su labio, no le importaba lo
único que quería escuchar era la voz de Adam diciéndole que todo era seguro
pero lo único que escucho fue un grito, la pobre chica abrió los ojos
precipitadamente, aquella mujer, la que había visto, la mujer de cabello negro
y esos enormes ojos azules, su vestido rojo estaba empapado de sangre, atrás de
ella venía Gastón el cuál sostenía un filoso cuchillo embarrado de sangre, la
chica asustada dirigió su mirada hacía abajo y sobresaltada lo vio, el cadáver
de Adam, el había muerto...
Bella despertó de nuevo
espantada con el mismo sueño... Últimamente había tenido ese sueño, ella creía
que era una especie de advertencia pero Adam no le creía nada, a el le parecía
ridículo que los sueños fueran una advertencia, Bella intentaba disimular su
inquietud pero sabía que algo malo pasaría.
La hermosa joven se puso un
vestido rojo, el mismo que había usado aquella vez que jugó con Bestia en la
nieve, recordaba ese día como si hubiera sido ayer pero en realidad habían
pasado ya siete años.
Bella bajó y tocó la puerta
de su pequeña hija, Madison, aunque la niña prefería que le dijeran “Maddie”.
-
Maddie,
ya despierta, es hora de desayunar
La
hermosa niña salió de su cuarto al instante, traía un vestido amarillo muy
parecido al que Bella solía usar en las reuniones elegantes, solo que este era
más pequeño, Maddie tenía una cara muy parecida a su madre, los ojos castaños,
el pelo café y una hermosa nariz parecida a la de su padre, Maddie traía una
muñeca que Bella jamás había visto, era un hada, de cabello güero, ojos azules,
y un hermoso traje verde, esa hada era Tinkerbell, se estaba haciendo pasar por
una muñeca para que Bella no le descubriera.
-
Ya
he desayunado
-
¿Sin
mí?- chilló Bella
-
Perdón,
tenía mucha hambre
-
No
te preocupes, ¿La muñeca es nueva?
-
Este...
Sí, la encontré... tirada
Maddie
se metió rápidamente a su cuarto
-
Fiu,
Casi nos descubre, ¿Qué decías?
-
Que
estoy sorprendida de que me oigas, normalmente escuchas solo cascabeles- dijo
la muñeca que ahora se movía.
-
Bueno...
tal vez yo soy... distinta
-
Probablemente
Entonces
Maddie escuchó el grito de su madre aterrada.
-
Maddie,
¿Con quién hablas?- susurró Bella
-
Con
nadie, estoy jugando- mintió
-
No
me mientas, esa no es tu voz
-
Claro
que sí- aseguró Maddie
-
Voy
a entrar
Tinkerbell
intentó esconderse pero fracasó Bella la vio moviéndose y gritó de una manera
que podría haberlas dejado sordas.
-
¿Quién
es ella?- se enojó Bella
-
Es
mi amiga... Se llama Tinkerbell
-
¿Y
bien Tinkerbell, de dónde vienes?
Bella
tan sólo oyó cascabeles sin embargo Maddie escuchó perfectamente.
-
¿Qué?
Solo oigo cascabeles- se quejó
-
Yo
te digo lo que dijo, dice que viene de la hondonada de las hadas- aclaró Maddie
-
¿Hondonada
de las hadas? ¿Y cómo llegaste aquí?
Cascabeleos
era lo único que Bella oía
-
Dice
que estaba volando con sus amigas en el bosque del invierno y que cayeron en
¿Un hoyo? Sí, en un hoyo y que cuando despertó yo ya la tenía en mi mano.
-
¿Tus
amigas también llegaron aquí?- Preguntó Bella y solo oyó... ¿Qué creen?
Cascabeles
-
Dice
que no lo sabe
-
Majestad-
se oyó el grito de Lumiere
-
¿Qué
sucede?- preguntó Bella y enseguida Lumiere entró a la habitación
-
Unas...
hadas... son... cinco... ¡Cielos! ¡Aquí también hay una! Pero... no las
entendemos... hablan con cascabeles... son tres... ¿Hembras?... y tres ¿Machos?
Se
oyeron cascabeles de Tinkerbell enojada.
-
Dice
que son hadas y hados, no machos y hembras
-
¿La
entiendes?- se espantó Lumiere
-
Extrañamente,
sí- contestó Bella
Bella,
Maddie, Tinkerbell y Lumiere fueron apresuradamente al lugar en donde estaban,
las cinco hadas estaban todas atrapadas en una jaula a lo que Tinkerbell casi
le arranca todo el cabello al pobre Lumiere.
Eran
Periwinkle, Clank, Bobble, Terence, Vidia y Silvermist
-
¡Amigos!
¿Cómo están?- preguntó Tink
-
Muy
bien- dijo Silvermist
-
Seamos
sinceros, estamos mal, nos encerraron en una jaula- enloqueció Vidia
-
Que
optimista- suspiró Periwinkle
-
Periwinkle,
¿Estás bien? ¿No tienes calor?
-
Es
extraño pero... no
-
¿Nos
podrían sacar?- preguntó Clank
-
Por
favor, esta jaula es incómoda- se quejó Bobble
-
¿Si
nos pueden sacar verdad?- preguntó Terence
-
Por
supuesto- contestó Maddie
-
Ella...
¿Nos entiende?- preguntó Vidia
-
Sí,
extrañamente sí
Lumiere
sacó a todos de la jaula y se disculpó.
-
Lumiere,
¿Sabes en dónde se encuentra Adam?- preguntó Bella
-
Sí,
¿Ya lo ha olvidado? Salió a hacer negociaciones
-
Cierto
Maddie
salió al jardín con sus nuevos amigos, estaba muy emocionada, hadas, ella
siempre había soñado con ver hadas y ahora había no una, si no siete, siete
hadas.
Estuvieron
jugando un bueno rato hasta que fue hora de irse a dormir, Bueno, de que Maddie
se fuera a dormir, la niña le suplicó a su madre que le contará la historia de
cómo su padre dejó de ser una bestia a ella y a todos sus amigos.
Bella
contó la historia, todos parecían sorprendidos incluso la misma Bella.
Maddie
se durmió en cuanto terminó la historia y los siete amigos salieron.
-
Bien,
Les hemos preparado unas camas perfectas para su estatura, están en el cuarto
de aquí a lado.
Tinkerbell
hizo una seña de agradecimiento y entraron al cuarto.
-
¿Ustedes
no están preocupados?- preguntó Tink
-
No
va a pasar nada- dijo Silvermist
-
Seguro
la reina Clarion lo solucionará- aseguró Vidia
-
Pero...
¿Creen que puedan contra Garfio?- preguntó el hada artesana
-
No
lo se, Tink pero nosotros estamos a salvo- tranquilizó Terence
-
Pero...
¿Y Fawn? ¿E Iridessa? ¿Y Rosseta? ¿Y todas las demás- se preocupó Tink
-
Son
fuertes y estoy segura de que darán batalla- Dijo Periwinkle
-
Sí,
darán batalla- Dijeron Clank y Bobble a coro
-
Me
siento cobarde, estamos a salvo aquí mientras los demás sufren- se lamentó
Silvermist
-
No
es nuestra culpa, entramos al árbol y aparecimos aquí, ahora a dormir- dijo
Terence
Bella
estaba preocupada, Adam no llegaba, lo esperaba en el sillón de la entrada
pero... nada entonces una hermosa flor rosa que brillaba llamó su atención, estaba
a punto de agarrarla pero llego Periwinkle volando rápidamente con fuerza tiró
la flor.
-
Periwinkle,
¿Qué sucede?
La
hadita señaló una nota que traía la flor y con señas le dijo que la leyera.
Bella:
¿Quieres a tu esposo no es así? Pues el está muy
lejos de ti y no volverá a menos que vayas por él, claro que no creo que lo
hagas, eres una cobarde traga libros que se casa con fenómenos y rechaza a la
belleza.
En el bosque, en una casa él esta...
Con odio: Gastón
-
Ese
torpe Gastón tiene a Adam, debo, debemos salvarlo
Periwinkle
asintió.
Bella
fue rápidamente, se quitó el camisón, se puso un vestido azul y una capa, tomó
varias frutas y una daga, sabía que su sueño se haría realidad... y si era así
Gastón no sería el que le enterraría el cuchillo a Adam, Bella le enterraría la
daga a Gastón, Bella no era agresiva pero Gastón le había quitado lo más
preciado y pensaba matarlo le hiciera daño a Adam o no.
La
hermosa reina se subió a Phillipe acompañada de la pequeña hada.
-
Yo
diría que te quedarás- sugirió Bella
Periwinkle
se negó rotundamente.
Las
dos iban asustadas en el caballo pero a la vez venían emocionadas, Bella vio la
casa, aquella casa abandonada y descuidada en aquel largo y frondoso bosque.
Bella,
Periwinkle y Phillipe se acercaban cada vez más, los tres igual de aterrados,
entonces una flecha cayó en una de las patas del caballo y este tiró a la reina
y al hada del invierno.
-
Phillipe,
tranquilo- dijo Periwinkle quien en seguida cubrió de hielo la herida
-
¿Estará
bien?- se preocupó Bella
-
Por
supuesto, con la nieve en menos de diez minutos se curará
-
Está
bien, esperaremos diez minutos
-
Pero,
¿Quién lanzó la flecha?- se preguntó Periwinkle
-
No
lo sé, eso me aterra
Periwinkle
asustada se subió al hombro de Bella y entonces un brillo comenzó a salir de
atrás de la reina y del hada, las dos voltearon asustadas y Bella sin aliento
la vio... Era la mujer de su sueño, la que acompañaba a Gastón...
-
Bella,
Periwinkle ¿Cómo están?- dijo terroríficamente la mujer, que era Gothel
-
Un
poco asustadas- contestó Periwinkle- Pero... Tú no nos harás daño ¿Verdad?
-
Yo
no estaría tan segura- susurró Gothel
-
¿Tú
lanzaste la flecha?- desafió Bella
-
Obviamente
sí- se burló Gothel
-
¿Y
qué nos harás?
-
Flor
que da fulgor, con tu brillo fiel, mueve el tiempo atrás volviendo a lo que
fue... a lo que fue...- cantaba Gothel y entonces el cabello de Phillipe
comenzó a brillar
-
¿Phillipe?
¿Qué sucede?- gritó Periwinkle
-
¡Rayos!
¡Me ha salido mal el hechizo!, ahora me tendré que llevar a ese espantoso
caballo
Gothel
enojada lanzó algo hacia el pobre Phillipe y desparecieron los dos.
-
¡Phillipe!-
gritó Bella
-
Esto
es malo- chilló Periwinkle
-
Tal
vez Phillipe este... en la cabaña- animó Bella
-
Probablemente
Las
dos comenzaron a caminar muy asustadas, había terroríficos ruidos, después de
unos minutos llegaron a aquella cabaña...
Bella
decida abrió la puerta... ahí estaba su amado Adam.
-
¡Adam!-
gritó Bella al mismo tiempo que lo abrazaba- creí que estabas... secuestrado
-
¿Qué?
Eso mismo me dijeron a mi... que tu estabas... secuestrada
-
Algo
huele mal aquí- dijo Periwinkle
-
¿Quién
es ella?- se espantó Adam
-
Se
llama Periwinkle, es un hada, ella y otras seis aparecieron en la casa y se
volvieron amigas de Maddie
-
Perfecto-
dijo Adam
Los
tres estaban a punto de salir pero la puerta no estaba, lo único que había era
una flor llena de espinas, Bella sin temor alguno la tomó, era terrorífica, era
de color negro y las espinas eran tan filosas como para atravesar un dedo,
Bella la tenía sostenida con cuidado, entonces la flor comenzó a flotar y llegó
a un pasillo, era ese pasillo, el del sueño, al final de ese pasillo había una
puerta...
-
Voy
a ir, te avisaré si hay algún peligro
-
No,
voy yo- dijo firmemente Bella
-
Pero...
te puedes... lastimar- dijo Adam
-
Tu
también te puedes lastimar- afirmó Periwinkle
Adam
no tuvo otra opción más que dejar a Bella ir con el, Periwinkle decidió también
ir.
Los
tres pasaban temerosos, no se oía ningún ruido y todo era obscuro, ahora sí
todo era de miedo, estaban a punto de llegar al final pero... Gastón y Gothel
aparecieron.
-
¡Tú!-
gritó Adam viendo a Gastón
Gastón
sacó una daga y estaba a punto de enterrársela a Adam pero Bella sacó la daga
de uno de sus bolsillos, saltó y... le encajó la daga a Gastón en el cuello al
momento de hacer eso ambos, Bella y Gastón, gritaron.
Los
dos cayeron inmóviles en el suelo, Gothel corrió a ver a Gastón y Adam y
Periwinkle fueron a ver a Bella, su vestido estaba empapado en sangre.
-
Por
favor, Por favor que tan sólo sea sangre de Gastón que la salpicó- gemía Adam y
le levantó el vestido, doloroso comprobó que Gastón había herido a Bella en un
punto vital, la panza, Gastón había sido cruel, incluso le sacó la daga a
Bella.
-
Te
llevare al doctor- lloró Adam
-
No
servirá de nada- dijo Gothel- la daga tenía veneno
Bella
acarició la mejilla de Adam, Gothel desapareció con Gastón en los brazos.
Gothel
apareció en la casa de Facilier.
-
¿Qué
tal resultó?- preguntó el hombre sombra ignorando el inmóvil cuerpo de Gastón
-
No
muy bien- se lamentó Gothel
-
¿Por
qué?- preguntó el rey Candy
-
El
hada no fue la que murió, Fue Bella, además de que Bella le enteró a Gastón una
daga en el cuello y... el caballo es el que tiene el hechizo
-
¿Y
en dónde esta el caballo?- preguntó Facilier
-
En
la prisión... Eres muy cruel... te estoy diciendo que Gastón esta muerto y sólo
te preocupas por el caballo
-
Gastón
no me preocupa...No lo necesitamos... ¿Me estas tomando el pelo? ¿Bella lo
mató?- se sorprendió Facilier
-
No
te estoy tomando el pelo, es en serio
-
Vaya
Vaya, todo en tu plan fracasó, en cambió el mío salió perfecto-se burló Candy
Mientras
los villanos se peleaban el reino del Rey Adam estaba de luto, todos lloraban
la muerte de su reina la cuál estaba en una tumba de vidrio para que Adam la
pudiera observar pero de repente un brillo los deslumbró a todos, eran dos
chicos y una chica.
-
¿Quiénes
son ustedes?- gritó Adam y sacó su espada
-
Hey,
tranquilo- dijo la chica- mi nombre es Alex Russo, ellos son mis hermanos:
Justin y Max
-
¿Y
qué hacen acá?- preguntó Tinkerbell
-
Un
hombre... nos mandó aquí... venimos a ayudarlos, con la perdida de su reina,
Bella- dijo Justin
Adam
no confiaba en ellos pero sí quería salvar a Bella no le quedaba otra opción...
Coraline
estaba muy emocionada, no podía esperar más, era navidad y por la noche iría a un restaurante
muy elegante con sus papás, Wybie, la abuela de Wybie, el señor Bobinsky, La
señorita Spink y La señorita Forcible.
Coraline
salió muy emocionada a su patio, era uno de los únicos días en los que no
llovía, La niña salió corriendo a buscar a Silvestre.
-
¡Silvestre!
¡Gatito! ¿A dónde te has metido?
La
niña estuvo mucho tiempo esperando al gato pero jamás llegó, así que se puso a
perseguir a un conejo blanco muy gracioso que usaba ropa y además no dejaba de
ver su reloj.
-
¡Conejito!
¡Ven acá!- gritaba como loca la pobre Coraline
Coraline
se pasó tanto tiempo correteando al conejo que cuando se dio cuenta ya era de
noche y era hora de cambiarse para ir a cenar.
La
niña fue corriendo con sus papás pero no los encontró, seguro se estarían
cambiando, Coraline fue a su cuarto y se metió a su armario pero en vez de piso
había un enorme hoyo en el cuál la niña cayó, se golpeó la cabeza y quedó
inconsciente.
Cuando
despertó un hombre con sombrero y una liebre la veían curiosamente...
Mickey
Mouse y sus amigos se preparaban para una gran cena, la cena de navidad, Minnie
cocinaba muy contenta un delicioso pavo, Mickey comparaba botanas ya que esa
noche sus amigos irían a casa de Minnie y Mickey, Daisy preparaba una gelatina,
Donald cantaba alegremente, Goofy buscaba una linterna, pensaba quedarse toda
la noche buscando a Santa y Max patinaba en hielo.
De
vuelta a la casa de Mickey.
-
Minnie,
mi amor, ya llegué- gritó Mickey
-
Mickey,
¿Por qué tardabas tanto?
-
Un
problema con el tráfico
-
Bueno,
ayúdame a poner la mesa que en menos de treinta minutos llegan todos para la
cena.
Ambos
pusieron la mesa ayudados por Pluto y a los treinta minutos llegaron todos sus
amigos.
-
Hola-
gritó Daisy
-
Feliz
navidad- gritó Goofy el cuál venía vestido de Santa Claus
-
Pa,
me avergüenzas- se quejó Max
-
Huele
delicioso- gritó Donald
Todos
se sentaron en la mesa y cenaron, a las doce de la noche, todos se fueron a su
casa esperando la llegada de Santa Claus.
Mickey
Mouse no podía conciliar el sueño, sentía que algo malo estaba pasando,
decidido se levantó al árbol y se encontró con...
¿Santa
Claus? No parecía ser Santa Claus, traía el traje rojo y el gorro pero no tenía
barba, era flaco, moreno y con bigote, además no había traído regalos, traía un
cuerpo inmóvil.
-
¿Santa
Claus? Tú no eres Santa Claus
-
Por
supuesto que no, mi nombre es el Dr. Facilier
-
¿Quién
es el hombre muerto que traes en tus brazos?
-
Su
nombre es Gastón, tu tienes un gran poder, podrías ayudarme a revivirlo
-
No
me pareces de fiar y yo no tengo ningún poder
-
Eso es lo que TÚ crees. Bien, supongo que si
nos conocemos seré de tu fiar...
Facilier
tomó a Mickey de las orejas y desapareció...
Aurora
despertaba una bella mañana de navidad, Felipe estaba junto a ella dormido.
-
Despierta
dormilón- dijo dulcemente la futura reina
-
Ya
voy... espera... ¿Es navidad?
-
Sí,
ya es navidad
-
Felices
fiestas
-
Este
año te tengo un regalo muy especial- presumió Aurora
-
¿Cuál
es?- preguntó Felipe
-
Es
una sorpresa- susurró Aurora
-
Disfruta
tu última navidad como princesa
-
Lo
haré
La
llegada de la navidad era algo muy hermoso para Aurora, siempre esperaba la
navidad con ansias pero esta navidad sería muy especial.
La
hermosa joven fue corriendo con sus padres a desearles feliz navidad, en el
camino se encontró con un niño.
-
Reina,
feliz navidad ¿A dónde va? ¿Piensa ir a pie?
-
Muchas
gracias, igualmente, voy a ver a mis padres y sí, pienso ir a pie.
Mientras
Aurora se alejaba, sus tías festejaban muy contentas pero algo estaba a punto
de borrarles la felicidad.
-
Rosa-
gritaba enojada Flora
-
Debe
ser azul- repelaba Primavera
-
¿Y
si esta vez dejan de pelear y lo hacemos verde?- propuso Fauna
-
Esta
bien- dijeron las otras dos enojadas
-
Bien,
comencemos a tejer la capa de Aurora o no nos dará tiempo de entregársela-
apresuró Flora
-
¿Tejerla?
Bromeas verdad, la haremos con magia- declaró Primavera
Las
tres hadas agitaron sus varitas y una hermosa capa verde apareció pero entonces
un horrible humo azul las envolvió a las tres, cuando el humo se fue
aparecieron Maléfica, Hades y el rey del mal.
-
Lo
veo y no lo creo, Maléfica viva junto al dios del inframundo y el rey del mal-
se espantó Flora
-
¿Cómo
es qué nos conoce?- preguntó el rey del mal
-
Son
mágicas- dijo Maléfica
-
¿Qué
haces aquí bruja escurridiza?- gritó Primavera dispuesta a atacar
-
Escuchen,
les conviene- dijo Hades
-
¿Qué
debemos escuchar?- se espantó Fauna
-
Hoy
es navidad, lo sé, pero mañana no lo es, así que mañana habrá sangre en todos
lados, en especial en el cuarto de Aurora y Felipe- susurró Maléfica- pero
existe una forma para impedirlo
-
¿Cuál
es?- gritaron las tres a coro
-
Hades,
¿Por qué no les dices?- preguntó el rey del mal
Felipe
y Aurora estaban cenando platillos deliciosos.
-
¿Ya
me dirás cuál es mi sorpresa?
-
Por
supuesto- dijo Aurora
-
¿Y?
¿Cuál es?
-
Desde
que nos casamos llevamos esperando esto... Es algo que desde niña siempre quise
y estoy segura que te hará feliz, pronto seré una reina pero también seré
madre.
-
¿Un
bebé? Es fantástico
-
Lo
sé- dijo Aurora
-
¿Cuántos
meses llevas embarazada?- preguntó Felipe
-
Pocos,
solo uno
Entonces
un grito invadió todo el castillo...
