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viernes, 28 de octubre de 2016

Epílogo

                                    Epilogo
NOTA: ANTES DE LEER EL EPILOGO, ES NECESARIO LEER EL CAPÍTULO 55. 
PUEDEN LEERLO AQUÍ:
http://elfindedisney.blogspot.mx/2016/10/capitulo-55-la-batalla-final.html
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NARRA MÉRIDA
Después de la muerte de Walt, y de que la luz blanca desapareciera, nos dimos cuenta de que todos los reinos se habían fusionado.
El centro de todo era Escocia, pero al norte podía verse Arendelle, al oeste estaba Nunca Jamás, y si seguías caminando encontrarías la Torre de Rapunzel y hasta el extremo verías Oz.
Fue difícil reubicarnos, pero lo hicimos. Cada uno volvió a su casa, recuperándose de las heridas causadas por la guerra e intentando olvidar todo lo que había pasado.
Por supuesto, no fue posible. O al menos no del todo. Han pasado años y aún tengo pesadillas sobre un creador, un hombre sombra y seis rocas brillantes.
Walt nos marcó a todos. Justo en el centro del reino que ahora se llama Disneyland (en honor a Walt) se encuentra una estatua en la que aparece tomando la mano de Mickey y la de Oswald. Debajo aparecen los nombres de la gente que perdió su vida en batalla, el de Elphaba brilla especialmente fuerte.
Poco a poco, la gente fue recuperando su vida, Bella y Adam tuvieron mellizos, a quienes llamaron Sol y Luna, Jim se reconcilió con su padre, Wanda y Vision se enamoraron y mi familia, aunque con problemas, volvió a ser la misma de siempre.
Los villanos, al menos los que pudimos encontrar, fueron desterrados a una ciudad lejana, donde reciben buenas atenciones, pero que nunca podrán abandonar.
Los que no encontramos son lo suficientemente inteligentes como para no regresar. Espero.
Durante semanas, resonaron en mi mente las palabras de Walt.
Tlaw, recuerda el cuarto de los gritos. Ese es el futuro.
Justo cuando me convencí de que no tenían ningún sentido, Tlaw nos citó a Jim y a mí.
***
El cuarto de los gritos era una habitación en la casa de Walt (que ahora pertenecía a los Siete Sensacionales).
Wanda, Stephen, Mickey, Jim, Oswald, Theodora y yo mirábamos a Tlaw perplejos.
-         Aquí es donde Walt llevaba a cabo sus… creaciones… por decirlo de alguna manera.
-         ¿Por eso se escuchaban gritos? - preguntó Wanda.
Tlaw asintió. Sacó una llave del bolsillo.
-         Me costó encontrarla. Por eso no los traje inmediatamente.
Abrió la puerta. Me quedé atónita con lo que había dentro.
Era otra casa, y aunque era más pequeña, costaba bastante imaginar que estuvo ahí todo el tiempo. Magia, supuse.
Incluso tenía jardín y una fuente.
Tlaw tocó la puerta. Salieron cinco personas.
Una era una chica morena y de cabello café, otro un hombro de complexión ancha y el tercero un chico flaco con caireles rubios. Los otros dos era una coneja y un zorro.
El centauro nos presentó.
La chica morena se llamaba Moana.
El hombre, Maui.
El chico de los caireles rubios, Jack.
La coneja, Judy.
Y el zorro, Nick.
-         ¿Dónde está Walt? - preguntó Moana.
Tlaw suspiró y les contó todo. Parecían tristes, pero no sorprendidos.
-         Así que ha llegado el momento- susurró Judy.
Todos nos quedamos en silencio un minuto, sin tener ni la más remota idea de lo que estaba ocurriendo.
Entonces, Tlaw se decidió a explicarnos.
-         Ellos cinco son creadores – anunció- Durante años, Walt se dedicó a entrenarlos, a perfeccionar su talento. No quería que se repitieran sus errores.
-         ¿Durante cuánto tiempo? – susurré.
-         Casi veinte años. Pero tuvieron todas las atenciones y cuidados necesarios, ¿no es cierto?
Ellos asintieron.
-         ¿Nunca salieron de aquí? - preguntó Theodora.
-         Claro que salimos- dijo Moana- Walt creó un mundo para cada uno de nosotros. Solo venimos aquí una vez por mes.
-         ¿Y los gritos? - preguntó Wanda- ¿Por qué se escuchaban gritos?
-         La creación es un gran don- dijo Jack- Pero también tiene dolores.
-         Gritábamos por qué a veces duele crear- aclaró Judy.
Wanda miró al suelo.
Maui le entregó a Tlaw una carta.
-         Es de Walt. Dijo que te la diéramos cuando… cuando ocurriera algo así.
-         ¿Él sabía que pasaría? - pregunté, sintiendo una enorme curiosidad.
-         No- contestó Nick- Pero era muy inteligente. Y precavido.
Tlaw lo lee en voz alta.
Tlaw:
Si estás leyendo esto, supongo que ha pasado lo que tenía que pasar. Perfecto, el ritmo natural de las cosas está siendo seguido.
Para que todo vaya bien, y que no haya más dolor y sufrimiento, necesitas seguir los siguientes pasos:
·        Tienen que escoger un líder. No quiero llamarlo rey, porque no lo será. Yo propongo a Jim y a Mérida.
·        Arleen, Luke, Rachel y Alexis protegerán el reino que se ha formado. Son los pilares de mi creación, y como tal deben defenderla.
·        Deben formar un círculo de consejeros, para cualquier emergencia, sobre todo ahora que será difícil restaurar el orden. Theodora, Elphaba, Vision, Los Siete Sensacionales y tú deben estar en él. También propongo a Hippo, Elsa, Rapunzel, Jack Frost, Ralph, Hans, Anna, Eugene y Kristoff.
·        Los cinco creadores serán presentados al reino.
·        Wanda tendrá el papel de mediadora, y junto a los creadores saldrá del reino una vez al mes para ayudarlos a hacer sus creaciones y mantener el orden.
Espero que todo vaya bien, y recuerda que siempre, siempre, estaré con ustedes.
Tuyo, Walt.
Todos intentamos omitir el hecho de que había mencionado a Elphaba, quien había muerto. En su lugar lloramos silenciosamente.
***
Por supuesto que las ordenes de Walt se llevaron a cabo al pie de la letra.
Jim y yo fuimos proclamados líderes, y nadie se opuso. Excepto yo, pero el reino ya me había aceptado. No podía abandonarlos.
También formamos nuestro círculo de consejeros. Estaban todos los que Walt dijo, y Stephen.
Se presentaron a los cinco creadores, y los Héroes del Apocalipsis protegen Disneyland con todo lo que tienen, y todos les estamos eternamente agradecidos.
***
Una vez al mes, los cinco creadores, acompañados de Wanda y Stephen, salen de Disneyland, y se van a crear y a lugares que ninguno de nosotros soñaría nunca.
Los he observado irse cada vez. Jim y yo vivimos en el castillo de Escocia, con mi familia.
De ahí es de donde salen, abren un portal y entran a él, y yo los miro irse cada vez.
A veces me acompañan mis padres, me abrazan. Algunas veces lo hacen los trillizos (acompañados por sus amigos: la traviesa Vanellope, la bellísima Hairy mientras juega con Maddie, que parece será siempre su mejor amiga, la encantadora Taffyta, el inteligente Edward y la simpática Marie) a veces me han acompañado mis propios amigos: la sabia Elsa (que tiene un niño, se llama Hippo, como su padre); Rapunzel, con su largo cabello y su sonrisa siempre dispuesta a ayudar y abrazada a Eugene; Jack, haciendo chistes mientras abraza a Arleen; Anna y Kristoff, siempre platicadores cargando a Andrew; Bella con Adam y sus hijos: la hermosa Luna, la lista de Maddie y el intelectual Sol; Astrid (que por cierto, está saliendo con Fred-Zilla); Audrey (ella está con Hiro) e incluso Hans, acompañado por Isabelle y Rufus.
Pero, hay ocho personas que siempre observamos a los creadores irse. Será por nostalgia o por compromiso, pero nunca faltamos.
Una de ellas evidentemente soy yo.
La otra, lógicamente es Jim, y las otras tres son Tlaw, Vision y Theodora.
Oswald y Mickey nunca se lo pierden.
La última persona es Hippo.
Tlaw, Vision y Theodora normalmente los miran juntos, mientras que Oswald y Mickey los miran por su parte, pero Jim, Hippo y yo siempre los vemos juntos.
Jim me toma de la mano mientras que Hippo me rodea con el brazo los hombros. Me sorprende alguna vez haberlo visto como algo más, ahora es simplemente como mi cuarto hermano. Mi mejor amigo. Mi confidente.
Sé que han pasado muchas cosas entre los tres, pero me alegra que haya terminado así, como estamos.
Hoy también los estoy viendo. Wanda mira a Stephen mientras saluda a Vision con la mano.
Moana ríe de algo mientras entra a el portal. Maui empuja a Judy, que suelta un grito de susto. Nick choca las palmas con él, y Jack les pide que se apresuren.
Son un gran equipo.
Miro a mis brazos.
Estoy cargando a mi hija. Ni siquiera tiene un año.
Tiene los ojos grises de Jim, pero heredó mi cabello rojo y las pecas.
Su nombre es Ainara. Espero que sea feliz.
Mientras veo como se cierra el portal, imagino a Walt.
Sus ojos.
Su risa.
Su cabello café.
Su valor, su valentía, su inteligencia.
Su bondad.
Y entonces, cuando veo a Hippo, y beso a Jim, y bajo la vista hacia a Ainara pienso lo que siempre pienso cuando los veo irse.
La muerte de Walt no fue el final.

Sólo fue el principio. 

Capítulo 55: La Batalla Final

                            Capítulo 55
                          La Batalla Final

NARRA MÉRIDA
Abro lentamente los ojos, deseando que todo sea un sueño… tiene que serlo…
Pero no lo es.
Estoy en la antigua casa de Walt, y Thanos tiene las Gemas del Infinito. Probablemente está a punto de destrozarlo todo, y nosotros ni siquiera sabemos en dónde está.
Cuando tomó las gemas, desapareció de inmediato, junto a su ejército diabólico.
Doy un puñetazo a la pared.
Todo parecía ir tan bien… tan bien…
Ni siquiera el encuentro con mi madre y mis hermanos me hizo sentir bien.
Al fin y al cabo, ¿qué sentido tiene si Thanos va a destruir todo a su paso?
Alguien toca mi puerta, alzó levemente la mirada.
Wanda me mira nerviosa.
-         Walt quiere verte- susurra, mordiéndose los labios- Sabe algo sobre el paradero de Thanos.
Abro los ojos como platos e, intentando tener calma, la sigo.
Llegamos a un pequeño dormitorio que supongo es el de Walt.
-         ¿En dónde está? - pregunto, casi sin aliento.
Stephen voltea a verme, preocupado.
-         En el puente que conecta a la tierra con el resto del universo.
-         Y con eso, se refiere a Escocia.
La cabeza me da vueltas.
-         ¿Qué hace Thanos en Escocia? - pregunta Jim, que acaba de llegar. Lo miro y sonrío.
-         Bueno- comienza a explicar Theodora- Como ha dicho Stephen, ahí es un punto en el que la tierra se une con el resto del universo.
-         ¿Y? - pregunto, intentando no estresarme.
Walt me mira con una sonrisa.
-         Es la manera en la que su poder se expandirá a todo el universo.
-         Oh…
Stephen nos lanza una mirada tranquilizadora.
-         Ya lo ha intentado antes. Cuando tu abuela… bueno, cuando ella era joven. Pero ella logró vencerlo valientemente, con mi ayuda, y con la de una gema en forma de cristal.
Las piezas del rompecabezas se unen en mi cabeza. El dragón que venció la abuela… el collar… la ayuda misteriosa…
-         ¡Pues vamos ahora mismo! - digo en seguida.
-         ¿Acaso no viste lo que ocurrió? - dice Tlaw- Tienen que descansar, o nos volverán a vencer.
Wanda les lanza una mirada de incredulidad.
-         ¿Cómo se supone que ganemos? - pregunta- ¡Él tiene las gemas!
-         Y ustedes a mí- asegura Stephen- Lo vencí una vez, lo lograré de nuevo.
-         ¡Pero esa vez él no tenía gemas! - replica Jim, le lanzo una mirada de advertencia.
-         Sí, y yo no tenía a toda la gente que tengo ahora- dice con una sonrisa.
Walt nos mira fijamente a Jim y a mí.
-        Una última cosa- dice - En cuanto… compartieron la luz y la oscuridad, la inmortalidad de la que gozaban desapareció. Así que deben andar con cuidado.
Jim asiente, pero puedo notar la preocupación en su rostro.
A mí me espanta un poco… obviamente agrega mucho más peligro a esta misión.
Pero no me importa, ya perdí mi vida una vez por esta causa, no me importaría perderla de nuevo.
***
NARRA VIOLETA
Estoy estrechando la mano de Wilbur. Walt nos ha reunido a todos.
Ya todos lo sabemos. Que Thanos tiene las gemas, y que todo parece perdido, así que no sé qué podrá decirnos Walt para calmarnos. Al menos, no se me ocurre nada.
Pero Walt es listo, seguro que a él sí.
Hay muchas personas, más de las que nunca creí ver. De diferentes reinos y dimensiones. Ahí está Elphaba, ignorando las miradas curiosas, Bella está acariciando su panza, está esperando mellizos. Tony Stark parece devastado, e incluso Hans está entre la multitud.
-         Buenos días- dice Walt, y todos guardan silencio- Sé que les han informado de los recientes acontecimientos, pero quiero decirles que aún hay esperanza. No tiren la toalla.
>> El hombre que tengo junto a mí es Stephen Strange, alguien que ya ha combatido a Thanos. Después de la… plática de Mérida con los creadores supremos, él se unió a nosotros.
>> Debo decirles que Stephen ha vencido a Thanos, pero nunca lo había enfrentado con las gemas. Pero él confía que, con nuestra ayuda, será posible.
>> Thanos está intentando dominar y, probablemente, destruir todo el universo, y es urgente que lo derrotemos.
>> Pero yo no pienso obligar a nadie. Sé que muchos están cansados y sólo desean estar en paz, pero los que estén dispuestos a pelear son bienvendios, aunque deben saber que lo están arriesgando todo, desde sus vidas hasta la existencia de todo lo que conocemos.
>> Así que, si alguien quiere unirse, puede hacerlo. Pero el que no lo haga, lo comprenderé, y pueden quedarse aquí como refugiados. El que quiera unirse a la causa, por favor alce la mano.
Para mi sorpresa, casi todas las manos se alzan. De hecho, no puedo ver a nadie que no alce su brazo.
Y, entonces comprendo por qué.
Y Wilbur lo dice por mí.
-         Vaya que somos héroes.
***
NARRA JIM
Partiremos mañana a primera hora.
Mañana a primera hora…
Me cuesta visualizar que tal vez esté muerte. O que tal vez mañana todo termine.
Cada vez que pienso en lo que se aproxima, mi corazón da un vuelco, parece tan arriesgado…
Desearía que esto no estuviera pasando. Desearía seguir con mi madre, en casa… pero, entonces no habría conocido a Mérida. Ni a ninguna de las personas que existen ahora en mi vida.
Mérida me estrecha la mano mientras subimos a nuestra habitación.
Nuestra habitación.
Eso suena bastante bien… espero que logremos regresar a ella sanos y salvos.
Cuando entramos, me mira fijamente.
-         ¿Te das cuenta que este podría ser nuestro último momento juntos?
Asiento.
-         Entonces, tenemos que aprovecharlo.
Me besa lentamente y sigo el beso, acariciando su cabello y sus manos, mientras ella pasa sus manos por mi espalda.
Cierro los ojos, y me olvido de todo lo demás, decidido a disfrutar este momento tanto como me sea posible.
***
NARRA LUKE
Isabella me mira, parece preocupada.
-         Tengo mucho miedo, Luke.
-         Yo también.
Comienza a llorar, y siento aún más miedo.
Entonces, se me ocurre que tal vez mañana esté muerto. Y le tomo la mano.
Ella voltea a verme, sorprendida.
-         Te amo- susurro, esperando que no me oiga.
Sonríe.
-         Yo también te amo, Luke.
Y me besa.
***
NARRA SCARLET WITCH
Walt, Tlaw, Theodora, Vision, Stephen y yo estamos sentados en un sillón. Ninguno dice gran cosa.
Theodora tiene la mirada fija en el piso.
-         Los estamos mandando a una guerra, Walt- susurra Tlaw.
-         Lo sé- susurra él, con la mirada fija en el piso- Pero no los estamos obligando, ellos lo están escogiendo.
-         ¿Crees que los demás vengan? - pregunta Theodora- Quiero decir, los villanos que no están con Thanos.
Asiento.
-         Es de lo más probable, seguramente ya se habrán enterado de lo que está ocurriendo.
-         Lo que significa que será aún más difícil- murmura Vision.
Todos nos quedamos callados durante un momento.
Entonces, Stephen alza la voz.
-         Eso hará aún más importante la victoria si la logramos.
***
NARRA MÉRIDA
Ya ha amanecido, siento un peso muerto sobre mí y un hueco en el estómago.
Es el momento.
Todo termina hoy.
Acaricio la mejilla de Jim mientras lloro en silencio, cierro los ojos.
Ante mi rostro pasan imágenes de todas las personas a las que he amado.
Mi madre, con su cabello café, su sonrisa y sus palabras amorosas.
Veo los rizos rojos de mi padre y casi puedo escuchar su risa.
Imagino a mis hermanos corriendo, y el corazón se me hincha de orgullo.
Recuerdo mi historia con Jim y todo por lo que hemos pasado.
Visualizo a mis amigos: Hippo, Elsa, Rapunzel, Jack… los veo riendo junto a mí, y sé que no podría tener mejores personas a mí alrededor.
Cuando abro los ojos, el miedo ha desaparecido, y sólo queda un ferviente deseo de luchar por lo que creo y acabar con todo lo que me atormenta.
***
NARRA WALT
Están ya todos reunidos, puedo ver las miradas ansiosas y el terror, pero también veo mucha adrenalina y euforia. Sonrío.
-         Necesitamos a alguien que se quede a cuidar a los niños y ancianos.
Pronto se presentan voluntarios.
Bella, que está embarazada, no podrá ir. Le da un beso a Adam y le desea suerte.
Anna también se queda, y Kristoff la va a acompañar.
Se unen otras personas, y pronto todos los niños están reunidos, llorando, y los voluntarios intentan calmarlos.
Suspiro y hablo.
-         Hoy termina todo. Y lo sé porque puedo sentirlo. Tanto si termina mal como si termina bien, hay algo que quiero decirles. Estoy totalmente orgulloso de ustedes. De su valentía, su fortaleza y su decisión. Sé que allá afuera lo darán todos, y no espero menos de ustedes. Sepan que no nos vamos a perder la vida, si no a entregarla por los que más amamos. Y espero que esa sea motivación suficiente para ustedes. ¡Ahora, démosle una paliza a esos bastardos!
Todos sueltan un grito de guerra y entran al portal que Theodora y Wanda han abierto.
Tengo miedo, eso ya lo sé.
Pero hay algo aún más fuerte que el miedo.
Y es esperanza.
***
NARRA TLAW
Cuando llegamos, todo parece estar en silencio. De repente, captó por qué.
Alguien ha colocado un campo de fuerza. Afuera de él están todos los aliados de Thanos: Zafiro, Jafar, Maléfica, Chernabog, La Reina de Corazones, Scar, Frollo y Vanessa.
Alrededor, están todos los villanos del otro bando. Facilier es el más cercano al campo de fuerza.
Stephen se acerca a Jim, a Mérida, a Wanda, a Theodora, a Walt y a mí.
-         Los demás se encargarán de los que no sean Thanos. Yo acabaré con Thanos, mientras yo hago eso ustedes tienen que acabar con tantos villanos como sea posible para luego recoger las gemas.
Asentimos.
-         Aún queda el detalle del campo de fuerza- susurra Wanda.
-         Yo puedo con eso- dice Elphaba que aparece entre la gente- Es un hechizo que yo le di a Maléfica…si hubiera sabido que lo usaría en mi contra… sólo necesito alguien que me cubra mientras lo desactivo.
Wanda se ofrece. Ya está todo listo.
-         A tus ordenes- le digo a Walt.
Él cierra los ojos, mira a Mérida y a Jim y asiente.
-         ¡Ahora!
La multitud detrás de nosotros empieza a correr, y de repente todo es un mar de cuerpos y pelea.
***
NARRA MÉRIDA
Corro con toda velocidad hacia el centro de todo: el campo de fuerza donde Thanos se encuentra levitando, usando el guantelete y rodeado de las gemas. Veo un diminuto rayo salir del guantelete, y sé que está comenzando el hechizo que lo hará dueño de todo.
Veo a Edward y Jacob pelear con Hades, más allá se encuentran Alicia y Hermione combatiendo con todo lo que pueden a La Reina Malvada. Sé que los villanos que combaten no son del equipo de Thanos, pero están intentando, en un intento desesperado, vengarse, aunque sea lo último que hagan.
Esquivo a Violetta y a León, y lanzó un grito energético cuando Wilbur y Jack Sparrow acaban con John Ratcliffe.
Después de darle una patada a alguien que no identifico, al fin llegó a Thanos.
Los aliados de Thanos me miran, y sé que no va a ser fácil pasar una vez que Elphaba abra el campo de fuerza.
Entonces, veo algo por el rabillo del ojo que capta mi atención.
Hiro, Baymax y todo su equipo están peleando con un hombre enmascarado.
Un hombre que resulta, es mi padre. Recuerdo cuando le quité la máscara y vi su barba pelirroja.
Me acerco a toda velocidad, y mis sentidos se nublan.
Entonces se me ocurre la idea.
Si le quité la oscuridad a Jim… ¿por qué no a mi padre?
***
NARRA ELPHABA
Me monto en mi escoba y me dirijo al campo de fuerza, veo que Wanda viene detrás de mí, lanzando rayos rojos a todo aquel que intenta acercarse. Me sorprende ver que detrás de ella viene Theodora, interceptando con rayos verdes a todos mis obstáculos.
Cuando ya estoy ahí, me relajo y entonces se los digo.
-         Este hechizo tomará toda mi energía.
Theodora me mira confundida.
-         ¿Qué quieres decir?
-         Cuando termine, probablemente estaré muy debilitada. Si algo me golpea o intercepta, moriré inmediatamente.
Ellas asienten, digiriendo la noticia.
-         Por eso cubriremos tu espalda.
Comienzo a murmurar el contrahechizo para terminar con el campo de fuerza. Entonces, la veo.
Maléfica y sus gigantescas alas se acercan a toda velocidad.
Wanda y Theodora ponen sus manos en posición, y comienzan a lanzarle rayos, pero Maléfica es muy poderosa, y logra esquivar en incluso responder a sus ataques.
Ambas se miran nerviosas.
Maléfica bate sus alas, y eso hace que ambas pierdan un poco de equilibrio. Una mirada de furia se dibuja en el rostro de Theodora, y le lanza un rayo verde en el rostro.
Maléfica es tomada por sorpresa, y desciende unos cuantos metros, que Wanda aprovecha para lanzar otro rayo. Por desgracia, no logra darle.
Cuando ella está de vuelta, lanza una especie de rayo morado al pecho de Wanda, que se retuerce de dolor.
-         Eso fue suficiente- murmura furiosa, y le lanza humo rojo a Maléfica en la cabeza.
Esta comienza a decir incoherencias, cosas sobre sus alas y un tal Stephen, e incluso me sorprende escuchar el nombre de Aurora. Mientras todo esto ocurre, la bruja lucha por mantenerse en el aire.
Entonces, termino el hechizo. La vista se me nubla y grito pidiendo ayuda. Ambas acuden a mi auxilio y me sostienen en sus hombros.
De repente, Maléfica sale de su trance y lanza un rayo morado sin ver ni siquiera su objetivo.
Ya es demasiado tarde cuando me intercepta en el pecho.
Antes de que se vuelva todo negro, esbozo una sonrisa y murmuro algo.
-         ¿Qué dices? - pregunta Wanda, con lágrimas en los ojos.
-         Soy una heroína. Recuérdenlo.
Y entonces, sé que moriré en paz. Veo el rostro de Fiyero y ya deseo tocarlo y tenerlo entre brazos. Veo que se aproxima y se acerca a mí.
-         Es hora, Elphaba.
Sonrío, y me dejo ir.
Después de tanto sufrimiento, de tanto dolor y tanta confusión.
Incluso después de todo el mal y penurias que he causado puedo irme en paz.
Y me alegra saber que no me voy como una villana.
Me alegra saber que, mientras todo se vuelve negro y dejo de respirar, la última memoria que el mundo se lleva de mí es la de una heroína.
***
NARRA JIM
Jafar me mira fijamente mientras porta una sonrisa retorcida.
-         Así que es el chico de la oscuridad…
Suelta una carcajada maligna mientras evalúa mi posición y mi estatura.
Entonces, sin previo aviso, me lanza una llama de fuego. Suelto un aullido de dolor mientras él sigue riendo.
Imagino una esfera de fuego, y respondo a su ataque. Se calla inmediatamente, pues ahora se quemó su mano.
-         ¿Qué se siente ya no ser inmortal? - susurro.
Él luce furioso. Pronto toda una batalla de fuego se desarrolla en torno a ambos.
De repente se ven gotas de agua, e incluso en un punto llego a usar el aire, pero ambos estamos obstinados en incendiar al otro.
Me arde toda la piel, las bolas que no he podido esquivar están costándome caro, pero me satisface ver que mi oponente se encuentra igual.
Entonces, se me ocurre algo que no se me había ocurrido antes, y me siento bastante idiota.
De la mano izquierda empieza a fluir luz. Sé que él es un villano.
La luz destruye a la oscuridad.
-         Me saludas a los muertos, Jafar.
Lanzo con todas mis fuerzas la esfera de luz al rostro de Jafar, y él no logra esquivarla.
Le doy la espalda, pero logro escuchar el alarido de dolor, y luego todo es silencio.
***
NARRA WALT
Facilier está en frente de mí. Sonríe, pero puedo ver miedo en sus ojos.
-         Jugaste con fuerzas muy poderosas- digo, e intento que no se refleje la satisfacción que siento.
Miro al suelo, grietas gigantescas se están abriendo, y si alguien cayera, no encontraría un destino muy bonito.
Las sombras me están rodeando cada vez más, y esto me pone tenso.
Entonces, veo que Facilier sostiene una daga, y lo veo demasiado tarde.
Está a punto de apuñalarme, cuando algo empuja a Facilier con fuerza, y él cae al suelo, muy cerca de una de las grietas.
Tlaw lo ha sacado volando, y me sonríe, pero apenas y da tiempo para que le agradezca y Facilier se ha puesto de pie de nuevo.
Le lanzo bastantes hechizos y Tlaw lo golpea repetidas veces, pero él y sus sombras son demasiado poderosas.
Justo cuando le estoy lanzando un hechizo de congelamiento, una de sus sombras me golpea el pecho, y caigo al suelo.
Tlaw se voltea a ver si estoy bien, y veo que Facilier está a punto de lanzarle la daga.
Reacciono a toda velocidad, e intentando poner todas mis fuerzas en ello, lanzo un hechizo que lo hará salir disparado.
Veo todo en cámara lenta, el rayo verde saliendo de la punta de mis dedos, y como lentamente lo golpea en el techo.
Deja caer la daga, que golpea al suelo, y él abre los ojos mucho.
Lo último que veo antes de desmayarme es como el hombre sombra, el que comenzó todo esto, cae por una gruesa grieta y pierde la vida.
***
NARRA ELSA
Hippo y yo estamos montados en Chimuelo. Él vuela por los aires esquivando cualquier hechizo o ataque, y yo le lanzo hielo a los villanos, desde esta altura les hace bastante daño.
-         Lo estás haciendo genial- grita Hippo.
Yo le guiño un ojo y sonrío.
-         Será mejor que bajemos un segundo. El aire nos está moviendo.
Asiento.
Bajamos y esperamos unos minutos, si alguien se nos acerca simplemente le lanzo hielo, o Hippo le lanza una flecha.
-         Listo, creo que se ha calmado.
Me vuelvo a montar, pero justo cuando estamos despegando, alguien se cuelga en la cola de Chimuelo.
Horrorizada, miro como Gastón tiene un cuchillo clavado en la cola del dragón, que empieza a chillar como un loco.
-         ¡Hippo!
Hippo voltea, y puedo ver como palidece.
Gastón suelta una carcajada maligna.
-         ¡Si no paras nos matarás a los tres! - grita Hippo.
-         No. Dejaré que ustedes dos caigan y yo me quedaré con el dragón.
-         Chimuelo nunca…
Pero nadie logra saber lo que iba a decir Hippo. Gastón me da una patada y yo vuelo por los aires.
Puedo sentir mi muerte, pero entonces toda la vida vuelve a mí cuando veo que Hippo me sostiene.
Chimuelo chilla aún más fuerte, y comencemos a descender en picada.
-         ¡Es demasiado peso! - grita Hippo.
-         ¡Hippo, estoy colgando por los aires, no tengo mucho tiempo para preocuparme por el peso!
Gastón se acerca a toda velocidad con el cuchillo en mano, y parece bastante decidido a acabar con Hippo.
Eso sí que no.
Le lanzo un rayo de hielo, pero él logra esquivarlo.
-         ¡Buen intento!
Vuelvo a intentar, y al no atinarle, él se burla de mí, pero su risa se apaga cuando Hippo le da un codazo y él pierde el equilibrio.
Lo último que oímos es un grito, y aparto la vista para no verlo caer.
-         Buena distracción- susurra Hippo.
-         Buen golpe.
Subo de nuevo a Chimuelo, y al fin me permito respirar en paz.
***
NARRA MÉRIDA
Hiro tiene a papá inmovilizado.
Está a punto de darle un golpe, pero mi grito lo detiene.
-         ¡ALTO! - grito con todas mis fuerzas.
Honey Lemon y Wasabi me miran perplejos. Gogo le dice algo a Hippo.
Fred se acerca a mí.
-         ¿Qué ocurre?
-         Ese… él…- las lágrimas me nublan la vista- Es mi padre… yo… tengo… una idea…
Lo quito como puedo y me acerco a él. Hippo me mira preocupado.
-         No lo sueltes. Por cualquier cosa.
Él asiente. Mi padre está forcejeando.
Le quito la máscara, las manos me tiemblan. Sé que hasta Baymax me observa, pero no me importa.
Miro a mi padre y la vista se me nubla aún más.
-         ¿Papá?
Pero, obviamente, no me reconoce.
Entonces, cierro los ojos y me concentro con todas mis fuerzas.
Pongo mi mano en su rostro y pienso en la sonrisa de mi padre y toda la luz dentro de él.
Sin darme cuenta, abro los ojos, sé que mis pupilas ahora son doradas, y que todos me ven intrigados, pero no me importa.
Rayos dorados entran por los ojos de mi padre, que son negros totalmente.
Segundos después, se vuelven claros como el agua.
-         ¿Mérida?
***
NARRA SCARLET WITCH
Elphaba está muerta, no puedo moverme, porque estoy sosteniendo su cuerpo, pero si pudiera me limpiaría las lágrimas que obstruyen mi vista.
Maléfica suelta una carcajada maligna.
-         La verde murió… ahora siguen ustedes.
Siento como me ruborizo… no puedo creer que sea tan desalmada.
-         Oh no, ni lo pienses, perra- grita Theodora. Le lanza un rayo de color verde que le da en el corazón.
Maléfica luce aturdida. Evidentemente no se lo esperaba. Veo que no logra ver bien, y que comenzará a descender pronto.
Entonces, le lanzo rayos rojos, y ella comienza a gritar de nuevo. Tiene alucinaciones.
Y, por último, veo que un rayo negro sale de los dedos inmóviles de Elphaba.
-         Pero… ¿cómo? - susurro.
-         Ella… debió haber pensado el hechizo antes de morir- dice Theodora con voz entrecortada.
El rayo le da a Maléfica, y entonces sus alas comienzan a desparecer.
Con un grito, cae en picada, y muere.
Miro al suelo.
-         Al final de cuentas, Elphaba sí que murió como heroína.
***
NARRA JACK FROST
Astrid y yo estamos combatiendo a un ejército de cartas.
Lo sé, suena demasiado ridículo, pero así es.
Y, al contrario de lo que podría parecer, es bastante difícil. Y la dificultad no radica en la fuerza de las cartas. Oh no, basta con congelarlas.
Lo difícil es que son cientos de ellas. Parece haberlas por todos lados.
La Reina de Corazones parece complacida, y suelta carcajadas de vez en cuando.
-         ¡Tenemos que acabar con ella! ¡Ella está conduciendo las cartas! Si no, nunca terminaremos- grita Astrid, suena furiosa.
Asiento.
-         ¿Y sugieres algo?
Me fulmina con la mirada. Es lógico que entre tanta carta nunca llegaremos a ella.
-         Puedes volar, ¿no?
Asiento.
-         Cárgame. - Grita con todas sus fuerzas.
La cargo y comienzo a volar, las cartas nos avientan sus lanzas, pero casi ninguna logra atinarlos, y la que lo hace, sólo nos causa un par de rasguños.
Llegamos a la altura de la Reina de Corazones.
-         Bajemos. Tú encárgate de las cartas, con tu poder de hielo es más fácil.
Ambos bajamos. La Reina palidece considerablemente y suelta un grito.
-         ¡Córtenles la cabeza!
Yo lanzo hielo a las cartas, que caen una por una.
-         Te la cortarán a ti, perra- grita Astrid.
Antes de que pueda hacer nada, la chica salta y toma su espada con ambas manos.
Veo que las cartas se detienen súbitamente, y entonces me doy cuenta por qué.
La cabeza de la Reina de Corazones pasa por debajo de mis piernas. Contengo las ganas de vomitar.
Astrid la mira, pálida.
-         De acuerdo, eso fue asqueroso- digo con la voz entrecortada.
***
NARRA ARLEEN
Rachel, Luke, Alexis y yo acabamos de terminar con una horda de pesadillas, y hemos dejado a Pitch Black incosciente.
-         Bueno… eso fue… emocionante- susurra Luke.
-         ¡Fue fabuloso! - celebra Rachel.
Antes de que pueda contestarles, alguien aterriza ante nosotros.
Zafiro sonríe de oreja a oreja.
-         ¡Eso fue impresionante! ¡Me enorgullece que seas mi sobrina!
Lanza una risita maniaca y nos mira como si fuéramos una presa.
-         Es una lástima que vayan a morir.
-         No vamos a morir- digo tan fuerte como puedo- Al menos no a tus manos.
Eso ya lo veremos.
Alza ambas manos y una especie de luz verde sale de la punta de sus dedos. Todos salimos disparados al menos tres metros.
Zafiro lanza otra carcajada.
Luke despega en su armadura, y comienza a lanzar rayos, que la bruja puede esquivar fácilmente, aunque uno le da en las piernas.
Las sombras de Alexis comienzan a rodearla, pero ella ni siquiera se inmuta.
Rachel le lanza rayos rojos, estos parecen hacer un daño mucho más considerable.
Yo me montó en Macabrio, mi dragón, y le lanzo flechas desde arriba, aunque parece que Rachel sigue siendo la única que puede dañarla.
Entonces, escucho una voz en mi cabeza.
¿Qué están esperando? ¡Bajen! ¡Tenemos que enfrentarla unidos!
Aterrizo y me acerco a Rachel corriendo. Un rayo morado me alcanza y suelto un grito de dolor, pero sigo corriendo.
Luke aterriza junto a Rachel y Alexis ya está cerca. Yo soy la última en llegar.
Nos tomamos de la mano, y por un momento parece que la luz del lugar desaparece.
Se escuchan gritos de dolor, y cuando la luz vuelve, ya no hay ningún rayo proveniente de Zafiro.
Siento una terrible culpa sobre mí, pero también siento que al fin tuve una venganza justa.
***
NARRA PETER PARKER
Los Vengadores estamos peleando contra Chernabog. Se me hincha el pecho de orgullo cada vez que veo a Gwen lanzar telarañas o saltar con gran audacia.
Thor está peleando, pues logró robarle al duende verde el Storm Breaker, y ahora ha vuelto a ser el mismo de siempre. Jane y él se coordinan muy bien.
Vamos ganando.
Y es, obviamente, porque somos mayoría.
Ironman está volando por los aires, y no sólo está combatiendo a Chernabog, de vez en cuando se dedica a dispararle a otros villanos.
Hulk, que está casi a la altura de Chernabog, es una gran ayuda, y creo que sin él no lo estaríamos logrando.
Me gusta ver que, a pesar de tanta guerra y dolor, aún seguimos siendo un equipo.
***
NARRA HANS
Audrey le da una patada en la quijada a Vanessa, al principio ella parece no creérselo, pero luego su cara se torna roja y se nota que está enojada.
Ralph me mira de reojo, y sé que está asustado. Al menos un poco.
Yo aprieto la empuñadura de mi espada con fuerza, entonces Vanessa las manos y ocurre algo inesperado.
Un torbellino de agua nos rodea a los tres. A Audrey, a Ralph y a mí. Vanessa está en el centro.
-         ¡Nos va a ahogar! - grita Ralph alarmado.
No logro contestarle, pues doy una sacudida y mi cabeza entra al agua. Con todas mis fuerzas, logro salir.
No voy a morir ahogado.
Pienso en el rostro de Isabelle, y en los ojos de Rufus, nuestro pequeño hijo. Ambos me esperan en la casa de Walt. No voy a abandonarlos.
-         ¡Muere, bruja!
Lanzo mi espada con todas mis fuerzas. Le da justo en el pecho.
El torbellino acaba. Sé que Audrey y Ralph se ven conmocionados, pero no me importa.
Voy a seguir peleando, y no pienso perder un segundo más.
***
NARRA MÉRIDA
Abrazo a mi padre, me doy cuenta de que se ha desmayado. Es lógico, después de haber pasado por tantas cosas… no quiero ni imaginar lo que ha vivido últimamente.
Entonces, alzo la vista. Veo a Rapunzel y a Flynn peleando con Scar y con Frollo. Jim está con ellos. Parecen agotados.
Alzo la mirada hacia Baymax.
-         Yo…- me mira comprensivo- ¿Crees que podrías cuidarlo un segundo?
Baymax asiente y yo me pongo de pie, intentando no temblar.
Pero no hay tiempo para sentimentalismos.
Estamos en plena guerra, y necesito ayudar a mis amigos a pelear esta batalla.
Corro hacia ellos mientras cargo mi arco.
Hora de darles una paliza.
***
NARRA STEPHEN
Thanos luce como todo un dios.
El guantelete está en su mano, y las gemas a su alrededor.
Sé que no podré vencerlo por la fuerza, pero si puedo darle en su mayor debilidad.
Su adicción por el poder.
-         Vaya, parece que ahora eres todo lo que querías- grito con fuerza mientras me acerco. Apenas han pasado unos minutos desde que Elphaba logró quitar el campo de fuerza.
Él sonríe, y a pesar de la distancia puedo escucharlo perfectamente.
-         Claro. Es así como debe ser. Seré más poderoso que todos. Incluso que los creadores supremos.
Una sonrisa se dibuja en mi rostro.
-         Los creadores supremos pueden tocar las gemas. Y tú no.
Parece meditarlo un segundo, y entonces me mira desafiante.
-         Claro que puedo. Estoy haciendo este ritual. Ellas me pertenecen.
Lo miro fijamente.
-         No lo creo. Demuéstralo.
Él cierra los ojos y toca una de las gemas.
Durante un instante, no ocurre nada, y puedo ver la sonrisita de suficiencia dibujada en el rostro de Thanos.
Entonces, abre los ojos preocupado. Su piel se comienza a volver de color azul, y rayos verdes salen de su rostro. Creo un campo de fuerza que pueda contener el impacto de la explosión, y a continuación observó como el poder lleva a Thanos a la destrucción.
El Titán Loco ha muerto.
***
NARRA RAPUNZEL
Frollo está en el suelo inconsciente, y Scar intenta huir de nosotros. Entonces, escuchamos la explosión.
Todo se queda quieto por un instante.
Y entonces se oyen gritos de celebración por todas partes.
-         ¡THANOS HA MUERTO!
Beso a Eugene en la boca. 
Mérida y Jim se acercan corriendo a Walt.
Miro a Walt, esperando ver buenas noticias. Pero su cara sólo refleja preocupación.
Y entonces veo el por qué.
Las gemas aún siguen flotando, al igual que el guantelete, y el portal que está en el cielo se abre cada vez más.
Mierda.
***
NARRADOR OMNISCIENTE
-         ¿Qué ocurre, Walt? - pregunta Jim Hawkins mientras mira nervioso al cielo- ¿Por qué no se cerró el portal?
Stephen está junto a ellos.
-         Al parecer, el hechizo estaba demasiado avanzado, y ahora no se detendrá.
-         Entonces…- Mérida mira al suelo- ¿Qué va a pasar?
-         Todo el universo se destruirá- susurra Walt.
Todos los miran incrédulos… tanto esfuerzo… para nada…
-         ¿Y si simplemente destruimos las gemas? - pregunta Wanda.
Stephen la mira, parece considerar la idea.
-         No es una mala idea… ahora que lo pienso… hay una forma… se necesita toda la luz y la oscuridad…
Voltea a ver a Mérida y a Jim, quienes asienten. Están ya dirigiéndose a las gemas cuando Stephen los detiene.
-         Esa luz y esa oscuridad debe de estar contenida en sólo una persona. Esa persona debe de tomar todas las gemas y el guantelete para destruirlos.
Wanda mira al suelo.
-         Pero… toda la luz y toda la oscuridad contenidas en una sola persona lo matarían. Y si eso no lo hace, tocar las gemas lo hará- susurra la bruja.
Más allá está Theodora, que llora con el cadáver de Elphaba en brazos. Tlaw tiene sus brazos en el hombro de ella.
-         La persona que tenga toda la luz y la oscuridad podría sobrevivir al menos un par de minutos.
Entonces, Walt alza la voz.
-         Yo lo haré.
Jim y Mérida lo miran como si estuviera loco.
-         ¡Yo lo haré! Tenemos la luz y la oscuridad y…- comienza Mérida.
-         ¡No, yo lo haré! Mérida me dará su luz y su oscuridad…
-         No. Ustedes son demasiado jóvenes, y tanta transferencia probablemente los dejaría sin conocimiento. Tengo que ser yo. Este es mi mundo, yo creé este conflicto y yo lo voy a resolver.
Intentan convencerlo de que no lo haga, pero todo es en vano.
Al final, aceptan el sacrificio de Walt.
Mérida lo abraza con fuerza.
-         Eres la persona más sabia que he conocido- susurra mientras le besa la frente- y la más buena.
Ella llora, y Jim también, lo abraza mucho.
-         Gracias por siempre haber visto lo mejor en mí…
Walt sonríe y le estrecha la mano.
Se despide de Stephen con un abrazo. Tlaw llora desconsoladamente y promete siempre recordarlo, Walt hace prometer a Wanda que cuidará de todos, y Theodora le dice cosas tan bellas que hasta Walt se echa a llorar.
-         Sólo… quisiera…
En ese momento Mickey y Oswald aparecen corriendo. Walt se limpia las lágrimas, pero aparecen cada vez más para remplazar las que ya limpió.
Abraza a sus hijos, y estos se despiden de él, prometen que se verán pronto. Walt sonríe por última vez.
Le da una mano a Jim, y otra a Mérida, que, temblando, le transfieren su oscuridad y su luz.
Walt brilla como nunca lo había hecho y eso ya es decir mucho.
-         Tlaw, recuerda el cuarto de los gritos. Ese es el futuro.
Esas palabras parecen sólo tener sentido para Tlaw.
Walt llega a la altura de las gemas. Se pone el guantelete y recolecta todas las gemas en una mano.
-         ¡Nos vemos pronto! - grita, y todos lo escuchan- Y recuerden… todo comenzó con un ratón.

De repente, una luz blanca ciega a todos, y una paz inmensa lo llena todo.