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domingo, 17 de agosto de 2014

Las crónicas de El Fin de Disney: Capítulo 1: Hans, un prncipe vengativo

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Hans: Un Príncipe Vengativo
Muy lejos de Arendelle, en dirección hacia el sur hay un reino.
Éste reino es Las Islas Del Sur.
Pero antes que nada, antes de empezar, tiene que aprender, que toda persona tiene un presente, pero no puedes juzgar sus acciones en el presente, sin conocer su pasado, y es justo de lo que les voy a hablar. De un joven que ha sido juzgado por sus acciones en el presente, más no es conocido su pasado.
El Reino De Las Islas Del Sur tiene 13 príncipes.
Los primeros dos príncipes se llaman Klaus y Viktor, y son grandes amigos, siempre se han llevado bien al ser los mayores.

Los siguientes dos se llaman Nikolaus y Fredbjorn.

Los otros dos se llaman Alexander y  Andrew.

De los siguientes tres, dos son gemelos, estos gemelos se llaman Damien y Derek, el siguiente hermano se llama Grant. 

Los siguientes dos príncipes son William y Linus.

Los últimos dos se llaman Robert y Hans.

Cuando su madre les anunció a sus hermanos el nacimiento de Hans, la gran mayoría no sintieron emoción, en  especial Klaus pues había visto nacer a once bebés desde antes que cumpliera dos años, su madre tenía un hijo casi cada año.
Pero uno de los hermanos sentía una enorme emoción, Robert, ya que éste sería su primer hermano menor.
El pequeño Hans nació el 23 de Noviembre.
Tenía un hermoso cabello rojo y ojos verdes, además de una piel rosada.
Su madre acariciaba su mejilla. Sacó un medallón de oro y lo puso alrededor del cuello de su hijo, tenía grabado su nombre Hans.
Cada príncipe de las Islas Del Sur tenía su propio medallón.
El nombre de la madre de Hans y sus doce hermanos era Hela, su cabello era de color café, sus ojos eran azules y su piel era pálida. Siempre se le veía con una sonrisa a donde fuera.
Hecha por mí

Su corona tenía unas preciosas esmeraldas.
El padre de los trece, Eridan, era de cabello rojo, como el de Hans y tenía unos profundos ojos cafés. Salió corriendo a avisar al resto de sus hijos.
-         ¡Chicos, vengan!
El primero en llegar fue Robert, los ojos le brillaban de una forma única, que hizo sonreír a su madre aún más.  El pequeño tenía dos años.
Los demás fueron llegando con una mirada de indiferencia, Klaus, el mayor, tenía 14 años en ese entonces y estaba muy ocupado en sus labores de príncipe, ni siquiera fue a visitar a su hermano.
Dos horas después el único hermano de Hans que seguía ahí era Robert, que no dejaba de contemplar a su hermano y abrazar a su madre, la cual estaba destrozada por la reacción de sus demás hijos.
Eridan también estaba furioso con sus hijos, pero no podía armar un papel porque el día era totalmente para el nuevo bebé.
-         ¿Cuál es su nombre?- preguntó Robert al fin.
-         Hans- dijeron Eridan y Hela al mismo tiempo.
-         Mamá- dijo Robert con una voz que hizo a su madre sonreír de nuevo.
-         ¿Sí, Robert?
-         ¡Yo siempre protegeré a mi hermano de todo! ¡Lo protegeré del resto de mis hermanos! ¡Seré su guardián!
-         Eso espero- Su madre soltó una risa y besó en la mejilla a sus dos hijos menores, primero a Robert y luego a Hans.
Pasaron los años, y el bebé que alguna vez sus hermanos consideraron insignificante se convirtió en un problema, para empezar, se comenzó a convertir en un niño muy carismático que había enamorado a todo el personal del palacio, y que volvía loco a su padre al punto de hacerlo reír hasta la risa. Robert y Hans se habían convertido en los mejores amigos que podían existir.
También se había convertido en el mejor de los hermanos para todo, para el esgrima, para el tiro con arco ¡Incluso para dar discursos!
Pero sin duda lo que más afecto a once de sus doce hermanos fue la relación que Hans tenía con su madre, tenían una relación totalmente especial, se llevaban muy bien, todo el tiempo estaban juntos, Hans era como el acompañante de Hela.
La mujer le contaba cuentos y jugueteaba con él, además de que siempre le cantaba canciones.
A Robert esto no le molestaba en lo absoluto, incluso le alegraba ver que Hans y su madre se llevaban tan bien.
Hans podría ser descrito como el niño más feliz de la tierra.
Cuando el niño cumplió diez años, sus padres le regalaron a un caballo de pelajes dorados, a quien Hans nombró Sitron. Ambos eran grandes amigos, siempre cabalgaba en su caballo por los bosques, era un gran jinete.
Pero, cuando Hans cumplió los trece años todo se derrumbó. Su madre contrajo una extraña enfermedad llamada viruela.
Durante seis meses estuvo en cama y en reposo, Hans y sus hermanos siempre la visitaban, pero Robert y Hans se quedaban hasta que ya no aguantaban el sueño esperando mejoras.
El último día en la vida de Hela, la reina aún sonreía, y besó a cada uno de sus hijos. Pero el beso con Hans fue especial, fue el único en el que la reina soltó una lágrima.  
El funeral de su madre fue desgarrador, Hans no podía creerlo, y no paraba de llorar todo el tiempo. Su padre estaba ausente y parecía totalmente destrozado.
Entonces, Klaus llegó con él, Hans pensó que lo consolaría, pero hizo todo lo contrario.
-         Ey, nenita, ¿Por qué lloras?- le soltó Klaus burlón.
-         ¿Qué? ¿De qué hablas?- Hans se sentía confundido.
-         Eres una nena, una marica, los hombres no lloran- Klaus le soltó un puñetazo en la mejilla.
-         ¿Qué te sucede? Nuestra madre acaba de morir y tú vienes a golpearme como un idiota- le gritó Hans.
Klaus acababa de cumplir los 29 años, y en unos pocos años sería el rey.
Entonces, Robert, de 17 años llego a defenderlo.
-         ¿Qué te sucede, Klaus? Déjalo en paz.
-         ¿Y quién va a detenerlo?- dijo Nikolaus que acababa de llegar- ¿Tú?
-         Si es necesario lo haré- gruñó Robert.
-         Miren, Robert defiende a su noviecita Hans- soltó Viktor, quién también acababa de llegar.
-         Ay, que se den un beso- se burlaban los gemelos sin para, Hans no entendía nada ¿Por qué sus hermanos lo atacaban?
Robert le dio un puñetazo en la nariz a Klaus, el cual le soltó uno en el estómago, así libraron una batalla, en la que Robert terminó en la enfermería y Klaus, ganando. Hans se fue corriendo mientras las lágrimas lo invadían, no se detuvo, después de unas horas llegó a un bosque. Se tiró en el pasto y soltó un grito al cielo.
-         ¿Madre? ¡No me abandones! ¡Por favor! ¡Te necesito!
Entonces, escuchó los pasos de una persona, se volteó espantado creyendo que era Klaus, quien volvía para molestarlo de nuevo.
Pero no, se sorprendió al escuchar una voz femenina.
-         ¿Estás bien?- era una voz dulce y de una extraña manera calmó a Hans. Se secó las lágrimas y se levantó del suelo- ¿Qué le sucedió a tu madre?
-         Ella... murió hace poco- dijo el chico bajando la mirada.
-         Lo siento mucho- dijo ella y cambió de tema- mi nombre es Isabelle. Princesa número dos del reino vecino, Heigard.
-         Yo soy Hans, príncipe número trece de Las Islas del Sur- ambos se estrecharon la mano.
-         ¿Qué hace un príncipe como tú en los límites de tu país?- preguntó Isabelle, Hans dedujo que era una chica muy curiosa.
-         Lo mismo me pregunto- dijo Hans- Tengo una idea, yo te diré y tú me dirás.
-         Me parece, tú empiezas.
-         Huía de mi hermano. Está enojado conmigo por algo. Tu turno.
-         Es mi lugar secreto, vengo aquí todos los miércoles y vivo grandes aventuras, es el único día que me puedo preocupar por mí, y no por mis obligaciones. Tengo algo que proponerte.
-         Dime.
-         ¿Qué te parece si nos vemos aquí todos los miércoles, a esta hora? Así podrías contarte sobre tu reino y yo a ti sobre el mío.
-         Eres una chica curiosa- dijo Hans sonriendo- Me parece bien.
Volvieron a estrecharse las manos. Cada uno siguió su camino, acordándose verse al otro miércoles.
Isabelle tenía cabello color café claro, casi dorado, la piel bronceada y unos ojos color aceituna, pero sin duda lo que más llamaba la atención de ella era su mirada, era una mirada muy curiosa.
Cuando Hans llegó al palacio fue a ver a Robert, ya había salido de la enfermería, y por suerte no se encontró con Klaus.
Ya iba a su cuarto, cuando uno de los sirvientes lo llamó.
-         Hans, tu padre quiere verte- dijo. El chico fue al cuarto de su padre.
Su padre le hizo una seña para que entrara.
-         ¿Qué sucede, padre?
-         Hay algo que quiero darte- su mirada aún estaba distante, no había mirado a Hans ni una vez desde que entró.
-         Dime, padre- Eridan sacó una espada dorada, muy hermosa. Tenía rubíes esparcidos por todos lados.
-         Ésta espada era de mi padre, que fue heredada a él por mi abuelo, fue mi primer espada y es probablemente la más valiosa.
-         No podría aceptarla si es que tiene ese valor.
-         Es por eso que quiero que la tengas- El hombre le entregó la espada a su hijo, el cual lo abrazó con fuerza y regresó a su cuarto después de darle varias veces las gracias a Eridan.
Al siguiente día, en el desayuno, los gemelos Damien y Derek pretendieron que Hans no existía (esto duro por poco más de dos años), Eridan no había bajado a desayunar así que el resto de los hermanos (con excepción de Robert) molestaron a Hans todo el tiempo. Robert intentaba defenderlo, pero era inútil eran once contra dos.
El príncipe número trece subió a su cuarto enojado. No pasaron ni diez minutos cuando Klaus y Viktor fueron a tocarle a su cuarto.
-         No pienso abrir la puerta- gritó Hans, furioso.
-         No te preocupes por eso, nosotros lo haremos- antes de que Hans pudiera impedirlo Klaus y Viktor ya habían ya entrado a su cuarto.
Viktor se echó encima de su hermano menor y lo hizo tirarse como si fuera un perro (apoyando en el suelo pies y manos) mientras Klaus lo golpeaba y lo pateaba.
-         ¡Basta! ¡Por favor! ¡Soy su hermano!
-         Oh Hans... si tan sólo hubiera alguien que te amará- se burlaba Klaus.
Hans podría haberse defendido, pero eran dos contra uno, además de que Klaus y Viktor eran los más fuertes de los trece hermanos.
Cuando el chico tenía ya un moretón en el ojo y la nariz y el labio sangrando, Klaus levantó su rostro con la bota mientras Viktor le tomaba la cabeza con las manos y le dijo:
-         Besa la bota- susurró Klaus, Hans se negó al principio, pero luego Viktor se recargó en él y le dio una patada en la cadera.
-         Que le beses la bota- le gritó Viktor. Hans volvió a negarse, recibiendo como castigo una patada en la mejilla.
-         ¿Ya la vas a besar?- Hans besó la bota enojado. Klaus le aplaudió- Así se hace.
-         Eres una nena- se burló Viktor.
-         Podríamos corarte lo que tienes en la entrepierna y ponerte coletas, todo mundo creería que eres nuestra hermanita. Nadie notaría que realmente eres un hombre... o eso dices ser- Klaus soltó una carcajada de nuevo, Viktor soltó a su hermano y salió del cuarto.
-         ¿Qué es lo que quieres?
-         Sólo quiero hacerte sentir como lo que eres, basura- arrojó Klaus, que ahora estaba a solas con Hans.
-         Pues basta.
-         Esto es sólo el comienzo, hermanita, cuando sea rey te irá peor.
-         Jamás podrás hacerlo- soltó Hans
-         Cuando sea rey no habrá nadie que me detenga- Klaus soltó una carcajada y cerró la puerta- Y lo mejor es que nunca serás rey, y nunca serás más poderoso que yo.
Esa noche, por primera vez en toda su vida, Hans sentía un incesante deseo de ser el rey, de darles a sus hermanos el castigo que merecían. Sentía por primera vez un incesante deseo de no ser el príncipe número trece. Un deseo que crecería con los años.
El tiempo pasó, y lo único que no eran desgracias en la vida de Hans era su padre que le había enseñado a pelear con la espada y a golpes, ahora se defendía mejor, pero sus hermanos seguían ganado, pues eran once (Robert seguía defendiendo a Hans cuando podía pero hasta él había sido víctima de las burlas de sus hermanos), otra cosa que iluminaba la vida de Hans era Isabelle, con la que se veía cada miércoles y hacían cosas increíbles, ya sea trepar árboles, explorar las cascadas o convivir con animales salvajes.
Isabelle era una chica increíble. Era aventurera, curiosa y muy valiente. Su vida también estaba llena de desgracias como la de Hans, pero ella solo tenía dos hermanas, y sus hermanas no la odiaban.
Hecha por mí

Cuando Hans cumplió dieciocho años, su padre murió. El funeral fue aún más triste que el de su madre, pues significaba que Hans estaba sólo, sólo estaban Robert y él contra los otros once (los gemelos habían dejado de ignorarlo hacia cosa de un año).
Su hermano Klaus subió al trono a la edad de treinta y dos años, sin una reina que lo acompañará, ya que ninguna le gustaba, y la que llegaba a gustarle no lo quería como esposo.
La hermana mayor de Isabelle también había subido al trono hace un año, y su reino había caído en la pobreza y la desgracia. Todos morían de hambre. Hans de vez en cuando le llevaba comida y dinero, pero no era suficiente.
Un año después, en el cumpleaños número diecinueve de Hans, ambos, Isabelle y Hans se confesaron su amor. Comenzaron a llevar una relación, siempre se quedaban hasta tarde abrazados y mirando las estrellas.
Poco después, se besaron por primera vez. Fue un momento mágico, ambos estaban profundamente enamorados el uno del otro, habían planeado casarse cuando Hans llegara a los veinte años.
Un día, Hans (que acababa de cumplir los diecinueve años) salió del palacio, Klaus llevaba varios días observándolo, y había notado un comportamiento extraño en él.
Ese día se hartó y lo siguió el mismo, llegó hasta el escondite que tenía Hans con Isabelle, se saludaron con un beso en la boca. Klaus volvió al palacio con un gran plan en mente, la venganza final, que haría a Hans retorcerse de ira.
Al siguiente miércoles, Isabelle no apareció en ningún lado, Hans no se espantó, tal vez había tenido una complicación. El príncipe número trece volvió al palacio, donde uno de los sirvientes le dijo que su hermano quería verlo, Hans fue de mala gana.
-         Hans- dijo Klaus con una sonrisa- toma asiento- el chico hizo una mirada extrañada pero obedeció a su hermano.
-         ¿Qué sucede, Klaus?
-         Rey Klaus- corrigió- Bien, quería anunciarte que al fin he encontrado una esposa.
-         ¿En serio?- Hans no pudo evitar sentir felicidad, tal vez la esposa de Klaus lo suavizará y éste podría llegar a tratarlo mejor.
-         Sí, es una joven tan bella...
-         ¿Quién es?- una sonrisa se dibujó en el rostro de Hans.
-         Isabelle, segunda princesa del reino de Heigard- la sonrisa en el rostro de Hans se desvaneció- ¿Ocurre algo?
-         Klaus...- dijo Hans con un nudo en la garganta- Yo... Yo estoy enamorada de esa chica desde hace años.
-         Sí, lo sé- se burló su hermano- Te vi la semana pasada con ella, y de inmediato me encargué de desposarla- Hans se puso rojo de furia.
-         ¡Eres un imbécil!- Hans le dio un puñetazo a su hermano, el cual se sorprendió, ya que Hans le había dado con una fuerza inesperada.
-         ¿Sabes? Ni siquiera la amo- se burló de nuevo- La desposaré el domingo- le dio Klaus con una sonrisa
Hans estaba ya por irse cuando Klaus dijo.
-         Por cierto, me gusta la espada que te regaló papá
Hans volteó enojado.
-         ¿Cómo sabes de ella? ¡Es mía!
-         ERA tuya, la fundí y ahora es mi corona- Klaus sonrió burlón, recibió otro golpe y su hermano salió del cuarto con los ojos repletos de lágrimas, Klaus le había quitado todo lo que amaba...
Hans azotó la puerta furioso y se montó en Sitron, salió a toda velocidad hacia el reino de Heigard.
Tocó la puerta de Isabelle, la cual salió con los ojos llorosos...
-         Hans...- dijo la chica espantada
-         Isabelle... ¿Por qué?- el chico se veía muy preocupado
-         Mi reino... está en crisis, Hans, si me caso con Klaus me reino saldrá de la pobreza.
-         Pero... Yo te amo
-         Y yo te amo a ti, Hans, pero lo nuestro... no es posible, ya no.
Hans besó a Isabelle con una fuerza y pasión que desconocía de él.
-         No dejaré que tengas hijos con él... No- dijo Hans- Klaus no te ama, Isabelle, supongo que lo cegó el placer de tu belleza.
-         Hans, no quiero que mi primera vez sea con él- Hans alzó la vista.
Ambos se desvistieron lentamente, todo el momento fue precioso, Hans en ningún momento se vio cegado por el placer, hizo todo con amor y una pasión enorme, sentía un amor en su corazón enorme.
Sólo amor, cuando todo terminó y se despertaron Hans le dio un último beso a Isabelle, se quitó el medallón que le daban a cada uno de los trece hermanos y lo puso en el cuello de su amada, le besó la mano, se vistió y se fue en Sitron de vuelta a Las Islas del Sur.
Presenció la boda porque fue obligado, pero se sentó hasta la última banca de la iglesia. Después de la boda, el corazón de Hans se hizo piedra, en todo momento pensaba en convertirse en rey, en volverse rico, en hacer que sus hermanos se postraran de rodillas ante él.
Durante cuatro años (en los que Klaus e Isabelle tuvieron un varón) Hans se acostaba con una amante, su nombre era Victoria. Pero no la amaba, tan sólo lo hacía por sentir placer, nunca sintió ni un poco de amor hacia ella. Tenía cabello dorado, y los ojos color miel, su piel era blanca y tenía un ceño que siempre estaba fruncido. 
Hecha por mí

Robert siempre lo apoyaba con su ideal de volverse el rey, cuando Hans cumplió los veintitrés Robert llegó con él.
-         Hans... Va a haber una coronación en un reino vecino.
El chico volteó a ver a su hermano.
-         La princesa Elsa se convertirá en reina de Arendelle- susurró Robert.
-         Entonces debó desposarla- Los ojos de Hans obtuvieron un brillo especial.
-         No, Elsa es cerrada y nunca se enamoraría de alguien a quien acaba de conocer.
-         ¿Cómo lo sabes?
-         Fui mandado por Klaus a hacer negocios con ese reino, Elsa apareció sólo diez minutos y lucía muy nerviosa.
-         Entonces jamás seré rey- Hans apretó los dientes
-         Hay otra princesa, la princesa Anna- Robert suspiró- Cuando llegué parecía una loca, al parecer no ha tenido mucho contacto con la gente.
-         Genial- los ojos de Hans se iluminaron de nuevo- Entonces la desposaré y tendré que idear un accidente para Elsa.
Dos meses después, Hans estaba subido en un barco rumbo a Arendelle, repasando el plan.
Iba a acabar con sus hermanos.
Les iba a demostrar que él era mejor que ellos.

Se convertiría en el Rey Hans de Arendelle. 


Fanarts de los hermanos de Hans (y de donde obtuve sus nombres): http://southernisleprinces.tumblr.com/
Fanart de Hans siendo golpeado: http://rebloggy.com/post/disney-fanart-frozen-hans-prine-hans-prepbon/77493249989

16 comentarios:

  1. WOW WOW WOW , me dejaste sin palabras , creo que sí mi pasado hubiera sido tan duro yo sería más cruel y vengativa que Hans
    Cumplo años el mismo día que Hans 23 de noviembre !!!!!!
    Los personajes que hiciste te quedaron muy lindas y la última tiene la cara y pelo de Cersei Lannister :)
    Me gusta mucho la idea de las crónicas de Disney , sigue así
    Soy jelsaforever :)

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    1. Yo tambien seria mas cruel, me alegra que te haya gustado.
      Jajjaja, en serio?
      Gracias! Ahora que lo pienso si se parece
      Saludos!

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  2. Oye me ha gustado como has enfocado este nuevo proyecto, espero que tenga más capítulos y conozcamos un poco más a los personajes que salen en la serie "El fin de Disney"

    No sé si es este el lugar indicado para preguntarte, sólo por curiosidad si vas a hacer un capítulo hablando de Bella y Adam en este proyecto.

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    1. Me alegra que te haya gustado, habra muchos mas jja

      Ya vere lo de Bella y Adam, es probable que si lo haga, tal vez sobre su boda

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  3. Hola Diego!!
    Wow..... me dejaste sin palabras..... no se como describir este capitulo..... estuvo muy emotivo..... muy padre algo que yo nunca llegue a imaginarme..... estuvo perfecto..... :D
    Lograste algo que no muchas historias han logrado en mi..... hacerme llorar.... yo a veces soy muy fría..... pero algunas cosas han logrado sacarme una sonrisa o hacerme llorar y tu lograste la segunda.
    Este primer capitulo fue muy lindo y duro, hasta creo que hiciste que me agradara un poco mas Hans (y eso es muy difícil).
    Bueno pues, gran capitulo felicidades!!
    Que te vaya súper!!
    TE QUIERE....
    Alejandra

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    1. Hola Alejandra!
      Me alegra que te haya gustado!
      En serio te hice llorar? Me sorrende haber llegado hasta ese punto... Pero gracias!
      Saludos!

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    2. Hola Diego!!
      Bueno es que el capitulo estuvo genial!! y no había forma de que no me gustara :D
      Si!!!! me hiciste llorar!!! :'( A mi también me sorprendió..... no pensé tampoco que podrías hacerlo pero lo hiciste.... hiciste que esa historia sobre Hans se quedara en mi corazón -Ale no exageres!!!- *-*
      Bueno de nada!!!
      Besos y abrazos!!!
      TE QUIERE....
      Alejandra

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  4. Que super interesante~ todo eso que escribiste me hizo amar a Hans aun mas <3
    Yo nunca me hubiese imaginado todo eso en el pasado de Hans muy creativo y le da mucho sentido :33
    Espero mas crónicas y mas episodios en tus dos blogs :D <3

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  5. Gracias!! A mi Hans siempre me parecio muy intetesante
    Saludos!

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  6. wuau es increíble mucho suspenso y drama tan bien los personajes de mi historia tienen un pasado trahumante pero es increible

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  7. Madre mia, Diego...

    Dios, ¡No puedo creer que lo hayas hecho tan bien! O.O

    Osea, tan oscura, tan sentimental, tan bien narrada ¡Lo hiciste espectacular!

    De para empezar, me encanto tu version en que decidiste hacerlo, como definiste a sus hermanos, a su padre y principalmente a su madre.

    Lo que mas me gusto fue su relacion con Isabelle, fue tierna y romantica a la vez y su momento fue muy bien narrado. Bien hecho.

    ¡Aunque el puto Klaus se la llevo! (T-T)
    Lo odie, en serio.
    No se, parece que le empece a tomar cariño a Hans de alguna manera, quiero que tenga su venganza.

    Bravo, Dieguin ;)
    Espero que la proxima cronica sea asi de buena o incluso mejor.
    Cuidate

    Saludos (°u°)/

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    1. Jajajajaja, me alegro wue te haya gustado

      Isabelle es un personaje fabuloso, al que disfrute mucho escribir

      Klaus es mas malvado que Hans! Ya veremos si Hans tiene su venganza

      Muchas muchas gracias

      Saludos!

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  8. ¡Hola, Diego! :D

    ¡Madre mía, que capítulo tan increíble de la historia de Hans! ¡En serio, me ha encantado!

    Jamás hubiera imaginado un pasado como el de él contado de esta manera. Si leyera otras versiones del pasado de este personaje, seguramente me quedaría con la tuya. ¡Es que de verdad me ha impresionado todo lo que cuentas y describes!

    Pero sin duda lo mejor, para mí, son los personajes, e igualmente lo bien conectado que está todo: las trágicas muertes de los padres de Hans, los abusos y las peleas entre hermanos, la única persona que lo defiende y apoya, su romance con Isabelle y de cómo le arrebatan el amor verdadero...

    Este capítulo te ha quedado tan perfecto y tan redondo que no le veo fallos por ningún lado. Se mire por donde se mire, para mí es una crónica del 10. ¡En serio Diego (y te lo vuelvo a repetir xD), me has impresionado mucho con este primer capítulo de las crónicas! ¡Has logrado que incluso le coja algo de cariño a Hans!

    ¡Ánimo y sigue así, Diego, que vas mejorando con cada nuevo escrito que leo de ti! :D

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    1. Hola Eduardo!!

      Me alegro que te haya gustado!

      Los personajes es algo que me costo mucho trabajo, son muchos acontecimientos y muchos personajes, asi que fue dificil meterlo todo sin que se viera muy saturado

      Me alegro que te haya gustado! Muchas gracias por todo!

      Los demas capitulos seran mas sencillos pero los hare con mucho esfuerzo

      Saludos y gracias de nuevo!

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  9. siempre he leido tus historias pero nunca me habia atrevido a publicar mis comentarios te quedo excelente ahora el personaje de hans es de mis favoritos me hicistes llorar y pocas personas hacen esto

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  10. No me gustó.
    La narrativa es simple, predecible, los diálogos no corren con naturalidad, lo único que podría resaltar como bueno son los dibujos... Personajes estereotipados, falta de estética.
    Sin embargo me gustó el empeño que le pusiste a tu página y supongo que con el tiempo mejoraste, no leí nada más tuyo así que no voy a comprobarlo.
    Un saludo.

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