Las Crónicas de El Fin De Disney: Capítulo 2: La Maldición de Arendelle

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La maldición de Arendelle

Bien, veo que has vuelto.

Ésta vez vengo a contarte otra historia.

Otro pasado.

Ésta vez, es sobre una maldición, y los estragos que ésta causó.

Pero, como ya has aprendido, todo presente tiene un pasado, y comenzaremos contando el pasado.

Érase una vez, una bella reina, la reina de Arendelle. Que tuvo dos hijos: un niño y una niña.

El niño era el mayor, y la niña tenía dos años menos que su hermano.

El nombre del niño era Adgard.

El de la niña era Primrose.

Primrose era una bella joven que siempre estaba alegre y ayudaba a todos.

Adgard, en cambio, era un joven rebelde y un poco egoísta, que tan sólo veía las mujeres como un placer y nunca había amado a alguna. Ésta personalidad había sido adquirida por la violencia y sufrimiento que hubo en su infancia, ya que su padre solía golpearlo y siempre lo trataba mal.

Un día, Adgard se encontró con una mujer totalmente bella, una campesina, la siguió.

-         ¿Qué hace por aquí alguien tan hermosa cómo tú?- la chica se sonrojó- ¿Cuál es tu nombre?

-         Mi nombre es Brenda- dijo la chica, tenía una voz preciosa.

Adgard se encargó de enamorar a Brenda, quién cayó perdida ante los encantos de el apuesto príncipe. Pero él nunca amó a Brenda.

De hecho, frecuentemente se acostaba con otras mujeres a escondidas de Brenda.

Pero, un terrible día, Brenda lo encontró con otra mujer. La chica, por supuesto se puso furioso. Y entonces, reveló su verdadera identidad: Era una bruja.

-         Con gran dolor en el corazón, con mi corazón hecho pedazos, maldigo a las criaturas que lleguen a ser los primeros hijos de tu hermana y tú, tendrán un hermoso poder y una hermosa magia y unos dones inimaginables, pero ese poder, será una maldición para ellas. Las hará sufrir.

Adgard sintió mucho miedo, pero con el tiempo, se olvidó de Brenda y de la maldición.

Un día, Adgard conoció a una bella mujer llamada Idun, y ésta mujer lo cambió por completo. Lo convirtió en un hombre abnegado, y que respetaba y valoraba a las mujeres. Al poco tiempo se casaron.

Pasó el tiempo, y Primrose se casó con el rey de un reino vecino, el reino de Corona, el nombre de éste rey era Clouvos.

Clouvos y Primrose tuvieron una bella hija a la que pusieron de nombre Rapunzel, era de cabellos color dorado y unos hermosos ojos verdes, pero, cuando tenía un día apenas de haber nacido Rapunzel desapareció.

Entonces, Adgard recordó la maldición que Brenda le había hecho, y se sintió terrible al saber que era su culpa el hecho de que Rapunzel hubiera desaparecido. Pero decidió no decirle a nadie, no quería que su hermana lo odiara.

Primrose y Clouvos cayeron en una gran depresión. Y su obsesión por encontrar a su hija creció conforme el tiempo.

Ya no se ocupaban de su reino, y en su cabeza tan sólo estaba el pensamiento de que su hija volviera.

Tres años después, cuando Clouvos y Primrose ya habían ocultado su depresión, Adgard e Idun tuvieron una pequeña hija llamada Elsa, quien nació en el invierno más frío de todos.

Tenía poderes de hielo, unos hermosos poderes de hielo.

A los tres años nació otra hermosa niña, llamada Anna.

Anna y Elsa se volvieron grandes amigas. Hasta que Elsa congeló la cabeza de Anna.

Adgard e Idun llegaron a la conclusión de llevarla con los trolls, los cuales les dijeron que el poder de Elsa crecería.

-         No dejaremos que eso suceda- le dijo el rey a la reina cuando tuvieron un tiempo a solas- No quiero que pase lo mismo que paso con Rapunzel, no quiero que le hagan daño- el rey tenía lágrimas en los ojos- La encerraremos, no podrá estar con nadie.

-         ¿Crees que esa es la manera de tratar a nuestra hija?- le reclamó Idun su esposo.

-         No, pero no quiero que le pase nada malo- gritó Adgard- Amo a nuestra hija, y si es necesario encerrarla lo haremos- Adgard se derrumbó- La amo

-         Adgard... debe de haber otras maneras.

-         No, Idun, no las hay- gritó Adgard- La ayudaremos, siempre estaremos para ella.

Idun asintió.

Ambos se abrazaron. Tenían miedo. Miedo de perder a su hija, miedo de sufrir. Miedo de que su hija fuera infeliz.

Durante los años siguientes, el poder de Elsa tan sólo crecía y empeoraba con el tiempo.

Adgard sabía perfectamente que todo lo que le sucedía a su hija era su culpa, y cayó en una depresión de la que nadie podía sacarlo.

Idun siempre estaba llorando, siempre tenía los ojos llenos de lágrimas.

Adgard también estaba todo el tiempo triste, se sentía fatal al ver que su hija sufría y se tenía miedo a ella misma.

Una vez, cuando Idun se iba a despedir de Elsa, escuchó un llanto. Entró a ver que sucedía con su hija.

La joven, de unos quince años, tenía un cuchillo y tenía cortadas en el brazo.

Idun se cubrió la boca al ver lo que Elsa estaba haciendo.

-         Elsa, ¿Qué es lo que estás haciendo?- gritó la reina, aterrada.

Elsa tenía la mirada baja, y un par de lágrimas se asomaron en sus ojos.

-         Yo sólo... Quería dejar de tener miedo- susurró Elsa, espantada- Quería dejar de lastimarlos. Quería dejar de ser una complicación en sus vidas.

-         No eres una complicación en nuestras vidas- le dijo Idun a su hija y la abrazó con fuerza, Elsa rechazó el abrazo.

-         No quiero hacerte daño- gritó Elsa- No me toques.

-         Elsa, eres lo mejor que podría haberme pasado, TE AMO, no me importa que me hagas daño. Quiero estar contigo.

Elsa negó con la cabeza.

-         Vete- susurró, con la mirada baja.

Idun se llevó el cuchillo y se fue mientras lloraba.

Habló con los guardias.

-         Quiero que la vigilen día y noche. Si ven que intenta lastimarse notifíquenme de inmediato.

Bueno, alejémonos un poco de Elsa, Idun y Adgard y concentrémonos más en Anna.

Anna en ese entonces tenía doce años y todos los días le pedía a Elsa que hicieran un muñeco, pero ésta ni siquiera respondía a su petición.

Normalmente siempre jugaba con sus muñecas y creaba muchas historias, intentado llenar el hueco que Elsa había provocado en ella.

Hubo una época, en la que para intentar sentirse menos sola hablaba con los cuadros.

Pero, había algo más, además de muñecas y cuadros parlanchines que distraían a Anna: los libros.

Aunque no lo crean, Anna era una apasionada de los libros y siempre devoraba un libro de la biblioteca.

Era una niña muy lista y siempre le gustaban las historias de aventuras y de acción.

Pero, un día, descubrió un libro que cambiaría por siempre su vida.

Era un libro llamado Orgullo y Prejuicio, un libro en el que descubrió algo llamado “Amor verdadero” y desde el momento en el que acabó de leer ese libro no dudo en que quería y debía encontrar el amor verdadero, y siempre leía libros de amor.

Mientras que Elsa lloraba y Anna leía, los reyes de Corona no podían estar más felices.

Su amada Rapunzel había vuelto, además de que había conocido a un chico.

Tres años después, cuando Rapunzel cumplió veintiún años los reyes de Arendelle fueron invitados a su boda con Eugene Fitzherbert, el antiguo ladrón.  

La boda había sido maravillosa. Los reyes estaban ya de regreso a Arendelle cuando Adgard dijo:

-         Tal vez no sea tan peligroso dejar que Elsa salga de su habitación, podríamos abrir las puertas- Idun sonrió.

-         ¿Estás hablando en serio?

-         Por supuesto que sí, Rapunzel luce muy feliz, tal vez nuestra hija no sufra el mismo destino que Rapunzel.

Idun y Adgard se abrazaron, al fin su hija sería libre y feliz.

Pero, una tormenta lo arruinó todo. El barco se hundió, y por lo tanto todos los pasajeros que había en él murieron.

La noticia fue triste.

Sobre todo para Elsa.

En su mente quedarían por siempre grabadas de uno de los sirvientes.

-         Princesa Elsa, sus padres no podrán volver.

-         ¿Qué? ¿A qué se refiere?

-         Sus padres... Han muerto.

La chica sintió tal pánico que ni siquiera asistió al funeral.

Una media hora después alguien tocó la puerta.

¿Quién será ahora? Pensó Elsa, con lágrimas en los ojos.

Entonces, reconoció una voz que le partió el corazón.

Era Anna.

¿Elsa?

Sé que estás adentro

Me han preguntado a donde fue.

Que sea valiente, piden de mí.

Y traté.

Te vengo a buscar.

Déjame entrar.

Tú eres lo que tengo.

Sólo escúchame.

Ya no sé qué hacer.

¿Y si hacemos un muñeco?

P.D. ¡Listo! Lamento la tardanza, sé que no es como el de Hans, pero quedó como yo quería que quedara. Espero que les guste. ¡No se olviden de comentar!  

Fanrt de Adgard: http://jaeon009.deviantart.com/art/King-of-Arendelle-458528138

Imagen de Idun: http://www.deviantart.com/art/Elsa-and-Anna-s-mom-s-coronation-462022880

Fanart de Clouvos y Primrose http://www.deviantart.com/art/Theme-46-Family-422450916