Hoy es 1 de Noviembre, día de muertos, que es una tradición super mexicana que consiste en poner ofrendas a los seres queridos que ya han fallecido.
Les pongo un cuento que hice para una clase de literatura a la que voy sobre el día de muertos, en el que se explica un poco la tradición. Espero que les guste.
Antes que nada, les dejo el significado de palabras recurrentes.
Criollo: Hijo de españoles nacido en Nueva España (así se le llamaba a México en la conquista)
Indígenas: Pobladores de Nueva España, sometidos por españoles y normalmente trabajaban para ellos.
Conquista: Época en que España conquistó a México (Nueva España en ese tiempo) de 1500 a 1821, si no me equivoco.
Espero que les guste, y lo siento si hay errores en el contexto histórico. Espero sus comentarios
Lágrimas en el Balcón
Por: Diego Salamanca
Jorge era un
criollo, toda su vida había estado en Nueva España y nunca había visitado
España. Pero su padre sí que tenía el digno acento gachupín.
Además, el
gozaba de las orgullosas características de ser un español, ojos azules, alto,
cabello rubio y piel pálida. Y con sólo nueve años ya era todo un galán, varias
niñas de su colonia suspiraban por él y se sonrojaban sólo de verlo pasar.
Era primero de
Noviembre del año de 1765, su padre era el dueño de una hacienda, donde
trabajan varios indígenas. En Enero, la madre de Jorge, llamada Clara, había
fallecido debido a una terrible gripe.
Jorge aún
lloraba en las noches por haber perdido a su madre. Ya que extrañaba la voz de
su madre cuando le contaba grandes cuentos de aventuras y caballeros.
También
extrañaba el aroma de su deliciosa comida, no importaba que fuera lo que Clara
cocinaba, siempre había un olor que hacía se te hiciera agua la boca. Y siempre
se negaba a que las cocineras que su padre contrataba hicieran la comida.
Pero, como
siempre en la vida, había que salir adelante, y no había tiempo para pensar
sobre el pasado.
Cierto día,
Jorge estaba asomado en su enorme balcón, que se ubicaba en el segundo piso de
la hacienda y podía ver todo el patio.
Entonces, vio
que los empleados indígenas de sus padres estaban haciendo algo fuera de lo
normal.
Había pinturas
en un altar con dulces y rodeado de una extraña flor naranja. Ya los había
visto hacerlo años pasados, pero no les había prestado la menor intención,
ahora, por alguna razón extraña, le picaba la curiosidad.
Como un rayo
bajó las escaleras y antes de que su padre pudiera preguntarle algo, ya estaba
observando aquel altar.
-
Ajaniame-
dijo el niño perplejo a una de las indígenas- ¿Qué hacen?
-
Hacemos
una ofrenda para el día de muertos, que es hoy en la noche- dijo Ajaniame,
quien había tenido que dejar su lengua nativa y aprender a hablar español sin
prestar mucha atención a Jorge.
-
¿El
día de muertos? ¿Qué es eso?- el niño tenía una ceja levantada.
-
Es
una noche en la que las almas de todos nuestros seres queridos nos vienen a
visitar- dijo Ajaniame.
-
¿Y
que es esa flor naranja que huele tan feo?- Jorge arrugó la nariz mientras se
la tapaba con los dedos.
-
Se
llama Cempaxúchitl, y es para que las almas de nuestros seres difuntos
encuentren el camino hacia acá
-
¿Y
para qué son esas pinturas?- Ajaniame comenzó a pensar que Jorge era algo
imprudente, y preguntón.
-
Son
los retratos de nuestros seres difuntos...- Antes de que Ajaniame acabara la
frase Jorge ya estaba preguntando algo más.
-
¿Por
qué hay una pintura de mi madre ahí?
-
Este
año perdimos a doña Clarita, ella era muy amable con nosotros y creo que
deberíamos hacer algo en su honor.
-
¿Y
todos esos platillos deliciosos?- Jorge tenía la lengua de fuera.
-
Son
los platillos favoritos de los muertos- Ajaniame estaba algo molesta.
Jorge vio que
uno de los retratos era de un niño que no podía tener más de tres años, se le
hizo un nudo en el estómago.
Se fue
rápidamente, el resto del día se quedó sin pensar en ello. Y se fue a dormir
riendo de la ridícula idea de Ajaniame.
Se despertó a
media noche, llorando. Había soñado de nuevo con su madre.
Fue hacia el
balcón y suspiró.
Entonces, vio
algo inusual. Había personas dirigiéndose hacia la ofrenda que Ajaniame y el
resto de los indígenas habían hecho.
Pero una extraña
luz surgía de ellos, como si fueran ángeles.
Su rostro se
ensombreció.
Y, entonces, un
nudo se formó en su garganta.
Hablando
alegremente con los demás, estaba su madre.
Con su largo
cabello café sin recoger, que iba moviéndose de un lado a otro a causa del
viento. Sus ojos azules estaban llenos de felicidad, y su rostro, ya no parecía
su rostro por toda la luz que tenía.
Sus delicadas
manos estaban en postura de oración y tenía un sencillo, pero hermoso, vestido
blanco. Su cabello estaba arreglado con unas hermosas flores blancas, que Jorge
no pudo adivinar de que especie eran.
El pequeño
criollo soltó una lágrima.
Su madre dirigió
su mirada hacia él y soltó una enorme sonrisa.
-
Jorge-
pudo escuchar el niño.
Como un rayo,
Jorge corrió hacia el patio.
Su madre abrió
los brazos y Jorge corrió hacia ella, iba a explotar si no lo hacía. Su pecho
estaba radiante, sentía felicidad pura.
Abrazó a su
madre durante un eterno instante.
-
Tengo
que irme- dijo ella- Nos veremos pronto.
-
Te
amo- dijo el niño mientras soltaba a su madre.
Entonces, su
madre comenzó a frotar hacia el cielo, y desapareció.
Desde ese día,
cada vez que era primero de Noviembre, Jorge salía a su balcón y abrazaba a su
madre.
Hasta que un
día, una luz le cegó los ojos. Sintió como su alma abandonaba su cuerpo. Su
alma se elevó al cielo, como había visto incontables veces a su madre hacerlo.
Y el mundo desapareció.
Lo primero que
vio fue a su madre junto a una paloma, un hombre y alguien inmenso.
-
Jorge-
dijeron los cuatro al mismo tiempo.
Te quedo hermoso!
ResponderEliminarFelicidades!
Muchas gracias!
EliminarSaludos!
¡Es muy bonito, Diego, me encanta! ¡Al leerlo te deja una sensación de nostalgia y bienestar, de dulzura y paz!
ResponderEliminarMuy ideal para este día. ¡Felicidades! ;D
Muchas gracias Eduardo! Me alegro que te guste. Esa sensancion queria crear.
ResponderEliminarSi, muy ideal. Gracias!
Saludos!
Hola Diego!!!
ResponderEliminarSi, hoy es día para festejar a todos los que se han ido, uno de los días más tristes que existen, claro, menos que el regreso a clases, ese si es horrible, jajaja ;D
La historia estuvo muy linda y bonita!!!! me encanto!!!!! fue un relato hermoso!!!! me hiciste llorar :')
Fue muy pero muy bonito, enserio, me encanto, me gusto mucho :D
El final estuvo muy conmovedor, no hay ninguna duda, de que cuando crezcas más, serás un gran escritor, ya no hay ninguna mínima duda, te felicito :)
Bueno, que te vaya súper!!!!
TE QUIERE....
Alejandra