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sábado, 10 de octubre de 2015

Las Crónicas de El Fin de Disney #6: Anna- Mucho Más Que La Sobra

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Ya hemos viajado a Arendelle en ocasiones anteriores, así que no creo que necesitemos presentación.
De igual manera, ya conocen a Elsa, y hemos visto un poco del mundo de Anna. Ahora la conoceremos mejor.
Imagina una enorme habitación, con una enorme cama de color rosa, tan enorme que podrías meter fácilmente a una familia entera.
Ahora imagina lo que sentirías si fueras la única persona que se encuentra ahí.
Agrégale ahora que no tienes nadie más con quién hablar, tus padres están constantemente viajando, tu hermana no abre la puerta y los sirvientes del palacio siempre cuentan las mismas aburridas historias.
Así vivía la pequeña Anna, con apenas seis años.
A tan temprana edad la habían privado de todo lo que tenía. Salía del palacio muy pocas veces, y cuando lo hacía no veía a nadie más que a los guardias, pues no le era permitido ir más allá del pueblo.
Su única compañía eran los libros, de lo que sea.
Cada día, sin falta tocaba a la puerta de su hermana pidiendo que le hiciera un muñeco.
Pero nunca le abría.
Solamente se veían en el comedor, y había ocasiones en las que Elsa no bajaba. Anna no entendía que le había hecho a su hermana.
No entendía casi nada de su vida.
***
Cierto día, llegó un gobernante de unas islas cálidas a Arendelle. Anna estaba de lo más emocionada. Además, vendría su hija, Rani.
Para ese entonces Anna no tenía más de nueve años.
Rani era un año mayor, tenía trenzas de color negro y piel morena.
-         ¿Tú eres la princesa?- preguntó Rani sonriendo.
-         Pues… sí- contestó Anna riendo- Pero no me siento realmente como una princesa refinada y aburrida.
Rani soltó una carcajada.
-         ¡Lo sé! Es por eso que odio ser princesa- dijo la morena- Todos esperan que seas tan refinada y elegante. Blag.
Hizo gesto de estar vomitando.
Anna sonrió mientras reía con fuerza.
-         ¿Quieres ver algo?- le preguntó Rani.
Anna asintió.
Rani traía una bolsa rosa, de la que sacó un inmenso libro con el título de Érase Una Vez.
Anna sonrió mientras Rani le leía las historias. Hablaban sobre personajes que vivían en un lugar llamado “El Bosque Encantado”.
Durante la semana en que Rani estuvo en Arendelle Anna y Rani se volvieron grandes amigas, Anna le enseñó todos los escondites y secretos que había en el palacio, y Rani le contó historias de dónde venía. Fascinando a Anna con el mundo exterior.
Un  par de veces vieron a Elsa en alguna ceremonia y en un par de comidas, pero no intercambiaban más de unas palabras, lo que le dolía mucho a Anna.
La despedida fue muy dura, Rani le dio un abrazo muy fuerte a Anna mientras ésta lloraba.
-         Nos veremos luego… ¿cierto?
-         Claro que lo haremos- le dijo Rani sonriendo.
-         Gracias, Rani, eres la única amiga que he tenido. Claro, después de Elsa. Pero ella y yo ya casi no hablamos.
-         Eres mi mejor amiga- susurró Rani.
-         Y tú la mía- Anna le sonrió.
-         Hay algo que quiero darte- dijo Rani pasándole el libro de cuentos.
-         Pero… es tu libro- Anna parecía confundida.
-         Me lo devolverás cuando volvamos a vernos.
Anna sonrió.
Se despidió de Rani con la mano cuando ésta subió al barco, la había hecho sentir querida. Y eso era lo único que Anna necesitaba, saber que le importaba a alguien.
***
Gracias  a Rani, Anna encontró una nueva salida: los libros.
Devoraba día tras día un libro de la biblioteca. Los leyó todos. Incluidos libros sobre la historia de Arendelle, y de otros reinos. Había uno que le gustaba mucho sobre un espejo mágico y un rey resentido.
Pero Anna tenía un predilecto entre todos ellos. Era Orgullo y Prejuicio de Jane Austen. *
Describía el amor como una forma tan bella que Anna se convenció a  toda costa que para ser feliz necesitaba a un hombre que la amara.
Toda su vida había sido la sobra, toda su vida había sido la segunda hermana, la que había nacido demasiado tarde.
Pero ella sabía que era mucho más que la sobra. Y estaba decidida a encontrar a alguien que la viera como mucho más que la sobra.

Para ese entonces Anna ya tenía quince años.
***
Poco después, los padres de Elsa y Anna viajaron a una boda.
Anna intentó convencerlos de que la llevaron, pero no lo hicieron, para la desgracia de ésta.
Elsa les pidió que se cuidara, y les deseó suerte, después de un rápido abrazo.
Tiempo después, llegó la noticia.
Las únicas personas a las que les importaba Anna, o que al menos lo demostraban se habían ido.
Por supuesto que lloró. Y lloró mucho.
Lo que más le dolió fue que Elsa ni siquiera se tomó la molestia de ir al funeral.
Anna tocó a su puerta por última vez.
-         Elsa- susurró- Sé que estás ahí dentro.
Me han preguntado a dónde fue.
Que sea valiente, piden de mí.
Y traté.
Te vengo a buscar.
Déjame entrar.
Tú eres lo que tengo.
Sólo escúchame.
Ya no sé qué hacer.
Suspiró, haciendo la petición que había hecho tanto. Imaginando que la puerta se abría y Elsa le abrazaba, y le decía que estarían juntas a partir de ahora.
¿Y si hacemos un muñeco?
Pero no abrió la puerta. Se quedó paralizada, mientras silenciosas lágrimas se convertían en hielo.
Anna estuvo ahí durante horas, llorando con fuerza, esperando a que ocurriera un milagro.
Pero, como siempre en la vida de Anna, nada salía como quería.
***
Un poco después del cumpleaños número dieciocho de Anna fue la coronación de Elsa.
Anna estaba que brillaba.
Al fin entraría gente al castillo.
¡Al fin hablaría con su hermana!
¡Alguien la vería!
Y tal vez, sólo tal vez encontraría al amor. Encontraría a su Mr. Darcy.
Pero se llevó una gran sorpresa.
¡Rani estaba ahí!
Corrió a abrazarla, y Rani hizo lo mismo.
-         ¡No puedo creerlo!- dijo Anna dando brincos de emociones- ¡Luces hermosa!
-         ¡Mira quién lo dice! ¿Cómo va todo? Lamento mucho lo que paso con tus padres.
-         Va todo de maravilla- Anna estaba que brillaba- ¡Al fin veré el mundo exterior!
Rani la vio con ternura.
-         Mi boda será pronto- anunció ella- Si quieres venir a vivir a mi reino, el cuál gobernaré, eres bienvenida. Irás a dónde quieras, y tendrás muchos amigos.
Anna lucía confundida.
-         No puedo irme. No dejaré sola a Elsa.
Rani parecía incrédula.
-         Pero ella… ella te ha hecho eso toda tu vida.
-         Lo sé, Rani, pero es mi amiga. Es mi hermana, y debe tener una razón.
-         Está bien- Rani sonrió triste mientras abrazaba a Anna.
Anna le dio su libro con una sonrisa.
-         Espero ir a tu boda- dijo riendo.
-         ¡Claro que irás! ¡Será la boda del siglo!
Se abrazaron.
***
-         Y ahora… ¡La princesa Anna de Arendelle!
Anna se paró junto a su hermana mientras saludaba tímidamente. Los presentes fueron a disfrutar del banquete después de aplaudirla.
Estaba tan emocionada.
¡Había conocido a un príncipe! ¡Y no a cualquier príncipe! ¡A un príncipe tan encantador!
-         Emm… Hola- era Elsa
Anna se confundió al oírla.
-         Es… ¿a mí?
-         Claro que es a ti- contestó ella riendo.
Y estuvieron así por mucho tiempo. Platicaron, charlaron. Anna se sentía tan feliz. Hubo una pequeña discusión sobre abrir el castillo… pero no era nada. Todo iba de maravilla.
Hasta que le presentó a Hans.
Oh. Todo se arruinó.
Elsa reveló sus poderes. Y salió huyendo.
***
Anna tenía el corazón congelado. Elsa la había congelado por accidente. Y Hans había demostrado ser un sucio mentiroso.
Olaf y ella corrían a toda velocidad para encontrar a Kristoff, quién descongelaría a Anna.
Anna sentía en cada paso que todo estaba perdido, pero debía seguir avanzando. No podía parar.
Siguió corriendo.
***
-         ¡Anna!- gritaba Kristoff angustiado.
Al fin. Anna lo veía a la distancia. Ahí estaba. Su verdadero amor. ¿Cómo es que no se había dado cuenta antes?
Estaban tan cerca. Tan sólo un beso. Y no tan sólo la descongelaría.
La libraría de todo. De todo lo que había tenido que cargar. Ya no sería la sobra y al fin le importaría a alguien.
Anna vio un destello de reojo. Volteó.
No.
Hans iba a matarla.
Hans iba a acabar con Elsa, quién estaba indefensa en el suelo.
Y entonces lo vio todo claro.
Nunca había sido la sobra.
Siempre le había importado a Elsa.
Y al final, no importaba si ella moría congelada. Lo importante era que Elsa pudiera seguir viva. Ayudaría a Kristoff, a Rani, a Sven y a Olaf a seguir adelante. Ella no era necesaria.
Corrió y detuvo a Hans, mientras lanzaba un suspiro.
Elsa sollozó al ver a su hermana congelada y la abrazo llorando. Kristoff no podía creerlo.
Pero, un inmenso calor se apoderó de Anna.
Se descongeló.
Anna se había salvado a ella misma con el acto de amor hacia Elsa.
Elsa lloraba con fuerza de tan feliz que estaba.
Rani, quién observaba a la distancia vitoreaba.
Kristoff  y Sven sonreían.
-         Anna- susurró Elsa.
-         ¿Sí?
-         ¿Y si hacemos un muñeco?
Anotaciones:

·        Según los animadores Frozen se encuentra ambientada en 1840, y Orgullo y Prejuicio es un libro de 1813. El libro hace una crítica al matrimonio obligado y satiriza su época. Sigue las aventuras de las hermanas Bennet para encontrar marido. Protagonizada por Elizabeth Bennet, una chica inteligente y cuestionadora. Es una comedia (para su época), pero también trata mucho sobre el amor verdadero y los beneficios de éste. 

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