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viernes, 15 de julio de 2016

Capítulo 51: Los Héroes del Apocalipsis

                              Capítulo 51
                     Los Héroes del Apocalipsis


NARRA WALT
Ya casi no puedo respirar.
Me han torturado tanto…
Sé que no van a matarme, pero eso no implique que me torturen, o que destruyan todo lo que me importa.
Logro reunir todas mis fuerzas, y mando un mensaje de auxilio.
***
NARRA RACHEL
Estoy pasándole un plato de comida a Alexis, quien me mira agradecido.
De repente, mi vista se nubla.
Y escucho su voz. La de Walt.
Rachel.
Me hago hacia atrás, sorprendida, y veo a Alexis mirarme con preocupación.
-         ¿Walt? - preguntó en voz alta.
Sólo Arleen, Luke y Alexis, que son los que están conmigo, llegan a oírme.
Será mejor que no hables en voz alta, Rachel. Hazlo por medio de pensamientos.
Pero… ¿cómo puedo hacerlo?
Cierro mis ojos, y pienso en algo, deseando que le llegue a Walt.
-         ¿Hola? ¿Walt? ¿Me oyes?
-         Sí. Tienes mucho poder, Rachel.
-         Yo…
-         Pero lo hablaremos en otro momento. Tiene que venir por mí.
Miro a mis amigos, y ya sé a qué se refiere, pero aun así lo pregunto.
-         ¿Quiénes?
-         Luke, Arleen, Alexis y tú.
Suspiro.
-         Sólo… ¿nosotros?
-         Sí, y tienen que hacerlo sólo ustedes. Sé que Wanda tiene las mejores de las intenciones, pero si se lo dicen… simplemente no funcionaría.
-         Está bien… yo… nosotros lo haremos. ¿En dónde estás?
-         Estoy en el borde, Rachel.
-         ¿En el borde?
-         Hay un lugar. Sólo… es dónde viven las sombras, aunque como Facilier las reclutó ya no hay nada ahí. Alexis podrá traerlos, solo tienes que ayudarlo, Rachel. Por favor… no les queda mucho tiempo antes de que lo averigüen. De que sepan en dónde están las gemas.
Asiento, y siento como si Walt se… desconectara.
-         Tengo malas noticias.
Todos me miran confundidos.
-         Era Walt. Y quiere que vayamos por él.
***
NARRA MÉRIDA
Elsa no para de agradecerme, y aunque sé que no es con malas intenciones, no puedo evitar sentirme un poco irritada de que todos me vean como una heroína.
Me acerco lentamente a Hippo.
-         Tenemos que irnos- susurro- Ahora.
-         ¿Irnos? ¿A dónde?
-         Por Jim- afirmo.
-         Pero… no hay manera de curarlo y…
-         Hippo, si seguimos retrasándolo, perderá todo lo que queda de humano en él.
-         Pero… creí que él…
-         Sé que aún, en el fondo, muy en el fondo, hay algo de humano en él. Y tienes que ayudarme a recuperarlo.
Hippo suspira, y me dedica una de sus sonrisas.
-         Pues… ¡directo al infierno!
***
NARRA RACHEL
Los cuatro nos pusimos de pie inmediatamente. Les explico rápidamente lo que me dijo Walt, y ellos están de acuerdos.
Excepto en un detalle.
-         Yo…- susurra Alexis- No estoy seguro de poder hacerlo… encontrar ese lugar… suena…
-         Te ayudaré, Alexis. Te lo prometo- le aseguro, con una fuerza que no sé de dónde saqué.
Asiente.
Y cierro los ojos, sabiendo lo que tengo que hacer.
Murmuro un conjuro, y ya todos somos invisibles.
Sé que no hay salida de aquí. Al menos no una puerta por donde podamos salir, así que lo único que se me ocurre es tomarlos a todos de la mano y transportarnos al Hotel Transylvania.
***
NARRA ALEXIS
Sé por qué entré aquí, a esta guerra.
Buscaba venganza. Buscaba cobrarle a alguien por haber destrozado mi pueblo, haberse llevado a Anne…
Pero, ahora… No, ya no soy la misma persona.
Primero está Walt. De verdad ha sido un gran refugio para mí, es muy sabio y creo que estoy tomándole cariño, sabe dar unos consejos increíbles y bueno, es una de las razones por las que sigo en este bando.
Y luego está Rachel…
Cuando Anne murió, bueno, yo juré que nunca más podría amar a alguien como la había amado a ella.
Pero…
No digo que ame a Rachel, aún es demasiado temprano como para decir eso, pero hay algo en ella que me hace poder olvidar a Anne, me hace creer que puedo ser feliz de nuevo con otra persona.
Hemos hablado mucho últimamente. Me ha compartido sus miedos, sus inseguridades, sus fortalezas y su historia. Y yo también.
Y es hermosa. Muy hermosa.
Así que, si hago esto por alguien, es por ella. Y por Walt.
Miro a mi alrededor, y no puedo evitar sentir un pinchazo de nostalgia al ver el Hotel Transylvania.
Está todo tan… destruido.
Tan abandonado. Un lugar tan magnífico reducido a… esto.
Rachel pone una mano en mi hombro.
-         Crees… ¿puedes intentarlo?
Asiento, un poco inseguro.
Me mira fijamente y susurra a mi oído.
-         Solo… piensa en ese lugar, desea ir allá. Con toda tu alma.
Y lo hago, pienso en Walt, en lo que debe estar sufriendo. En que nos necesita.
Siento que comienzo a tensarme, y me duele la cabeza.
Comienza a salir aquel extraño… líquido de las puntas de mis dedos y veo algo formarse.
Pero estoy demasiado cansado, la vista se me nubla…
-         Yo… no puedo… soy nuevo en esto, Rach.
Y me mira fijamente, me pone la mano en la mejilla.
-         Alexis, sé que puedes. Tengo fe en ti.
Es la calma con lo que lo dice lo que me hace poner un poco más de esfuerzo, me hace creer que puedo.
Y al ver el portal en frente de mí, veo que sí puedo.
***
NARRA HIPPO
Mérida saca lentamente una playera de Jim.
Sé que con eso Hermione y Harry intentaran localizarlo.
Se supone que está en el Inframundo, pero Mérida necesita estar segura.
-         ¿De dónde sacaste eso? – pregunta Jack lentamente.
-         Yo… cuando fui a la tumba de Jim traía algo de su ropa. Logré, por medio de mis poderes, guardarlo y llevarlo con nosotros.
Asiente, sorprendido.
Miro a Hermione realizar el hechizo de localización, algo agotada.
-         Está en… realmente no sé en dónde es- murmura ella- Nunca he ido ahí.
-         ¿Sabes el nombre? - pregunto.
-         Sí. Atlantis.
Todos nos miramos confundidos.
-         Es de donde viene Kida- susurra Rapunzel.
-         Pero… ¿cómo se supone que lleguemos? – grita Mérida frustrada- ¡Podría estar en cualquier parte!
Su rostro comienza a tornarse rojo, y ella respira con dificultad. Puedo darme cuenta de que está furiosa, y siento pena por ella.
La ha pasado muy mal últimamente.
Su padre… bueno, nadie sabe qué ocurrió con él.
Se vio forzada a alejarse de su familia y amigos, y ahora la persona que más le importa podría no volver a ser el mismo.
Veo que respira enojada, y suelta un grito de frustración.
Entonces, una sustancia azul sale de sus dedos y aparece un portal.
-         Pero… ¿qué? - exclamo sorprendido. ¿Qué ha sido eso?
Mérida se mira las puntas de los dedos.
-         ¿A dónde lleva eso? – pregunta Luna en un tono curioso.
-         Yo… no lo sé- susurra Mérida- algo en mí me dice que a él.
Comienza a adentrarse, pero la detengo tomándola de un brazo.
Me mira enojada, con una chispa en sus ojos.
-         ¿Qué quieres, Hippo?
-         No sabes a dónde te lleva eso, podría ser una oscuridad absoluta…
-         Así es como me siento sin Jim. ¿Hay diferencia? ¡Él podría estar ahí dentro!
Y, en contra de todos mis instintos, la dejo pasar.

CONTINUARÁ…. 


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