Capítulo 28
El beso
Hans suspiró y
llamó a la puerta de Mérida.
-
¿Sí?-
contestó la pelirroja
-
Hola
Mérida- dijo Hans y la chica le abrió la puerta
-
Hola
Hans
-
Bueno...
Hay algo que tengo que contarte- dijo el chico nervioso y mordiéndose los
labios- ¿Puedes ir a la azotea hoy en la tarde?
-
¡Claro!
Ahí nos vemos- Se despidieron. Hans se sentía cada vez peor.
Llegó a su cuarto.
Siempre se consolaba a él mismo diciendo que él había sufrido más en momentos
así, pero ésta vez simple y sencillamente no podía. Se tiró en su cama, no
quería llorar.
Quería gritarle a
sus hermanos que el pronto sería más poderoso
Pero no podía.
Sabía que lo que
hacía no era lo correcto.
Pero... así
conseguiría lo que quería. Se levantó y se puso sus guantes, no pensaba dar
otro paso atrás. Iba a desafiar al mundo y a lo que estaba correcto. Estaba
harto de que le dijeran lo que estaba bien o mal.
-
Hoy
mismo entregaré a Mérida y seré el más poderoso- se dijo a sí mismo.
Mientras tanto,
Elsa estaba como una loca, iban a hacerle daño a Mérida.
Tal vez no había
hablado tanto con Mérida, pero ella le caía muy bien. A pesar de que sabía que
había o hubo algo entre ella e Hippo no se sentía celosa. Mérida la había
ayudado a salir de su trance por intentar matar a Facilier.
Se habían
relacionado, y ahora Hans pensaba en hacerle daño. Le gustaría enfrentarse a
Hans, pero tenía miedo de que lastimara a Anna, o a Kristoff ¡O a su bebé!
Entonces llegó
Hippo y la notó tensa
-
¿Está
todo bien?- preguntó Elsa
-
Sí,
claro- dijo Elsa fingiendo una sonrisa.
-
¿Quieres
ir a comer algo?
-
Claro-
dijo Elsa sonriendo.
También en el
castillo de Arendelle, Audrey estaba herida y no paraba de llorar.
Mérida y Jim eran
novios de nuevo.
Sabía que no era
correspondida desde el momento en el que Jim apareció, él era mucho para ella.
Más sin embargo
Jim la había ilusionado.
La había besado y
la había abrazado.
La había hecho
sentir como la única chica en su corazón.
Cuando en realidad
ella tan sólo sobraba en su corazón.
Claro que sabía
que él no la amaba, esos besos y abrazos solo eran producto de la oscuridad que
había en el corazón de Jim.
Desde el principio
de todo lo sabía.
Sabía que él era
el chico.
Pero que ella no
era la chica.
CAMBIO DE TRAMA
Elphaba estaba con
Facilier.
-
Así
que... ¿Elphaba?
-
La
bruja malvada del oeste- gruñó Elphaba
-
De
acuerdo, de acuerdo- dijo Facilier- Bruja Malvada. ¿La más poderosa?
-
No, no
soy la más poderosa- negó Elphaba
-
¿Por
qué lo dices?
-
La
bruja más poderosa no tendría debilidades, y yo las tengo
-
Me
refiero a tu habilidad con los hechizos
-
Eso es
otra historia, un mago hechizó a mi madre antes de embarazarla y salí verde,
además de con habilidades mágicas.
-
Ya me
preguntaba el color de tu piel, pero no te preocupes. Puedo quitártelo
-
¡No!
El verde de mi piel me encanta- Elphaba lanzó una carcajada maligna y se
retiró.
Tenía una mirada
de desprecio enorme, cada que veía a alguien viéndole la piel lo volteaba a ver
y éste salía corriendo o si eran valientes solo volteaban a otro lado.
Entonces Elphaba
encontró a Maléfica.
-
¡Elphaba!-
dijo Maléfica- ¿Cómo te va?
-
Bien-
susurró- Tengo una duda respecto a tus alas, ¿Quién te las quitó?
Maléfica borró su
sonrisa y le indicó a Elphaba que la siguiera.
La chica verde
temía haber dicho algo malo, Maléfica suspiró y después de darse cuenta que no
había nadie viendo dijo:
-
Fue
una traición, un mal de amores.
>> Cuando
era pequeña, conocí a un campesino apuesto cuyo nombre era Stephan, me enamoré
de él y a los dieciséis años me dio mi primer beso. Después desapareció por
mucho tiempo y creí que me había olvidado.
>> Cierto
día el rey se enfrentó a mi reino queriendo robar las riquezas y yo luché con
él dejándolo muy herido. Dijo que quien acabara conmigo tomaría su trono,
Stephan llegó conmigo diciendo que me amaba y después me drogó, a continuación
me cortó las alas.
>> Después,
maldije a su hija recién nacida a dormir durante una eternidad, pero otra hada
dijo que un beso de amor la salvaría.
>> Y así
fue, el joven Felipe logró matar a Diaval en su forma de dragón dejándome indefensa
y besó a la bella Aurora, y vivieron felices... por un rato.
-
Lo
siento mucho
-
No
tienes por qué. ¿Cuál es la historia de tu maldad?
-
Bueno,
desde pequeña era verde y tenía extrañas habilidades mágicas. Fue a la
universidad y fui aceptada en la facultad de magia.
>> Ahí conocí a Fiyero, un chico que me gustaba
mucho. Por un malvado mago farsante tuve que escapar a un castillo desierto,
tiempo después volví a encontrarme a Fiyero. Nos besamos y prometimos
encontrarnos de nuevo, pero tenía que ir a salvar a mi hermana, a la cual no
pude salvar y fue aplastada.
>> Los guardias llegaron a capturarme, pero
Fiyero me salvó y tuve que huir. Logré hacer un conjuro y Fiyero sobrevivió
transformándose en un hombre de paja.
>> Después, Dorothy llegó a mi castillo y me
echó una cubeta de agua, yo fingí derretirme y a continuación llegó Fiyero y me
salvó.
>> Pero lo que me hizo ser malvada ocurrió hace
tres años, me encontraron los guardias de Oz y ésta vez no pude salvar a
Fiyero. Lo mataron sin piedad.
-
Lo siento-
dijo Maléfica
-
No te preocupes, Es bueno ser malvada
-
Nunca
me he sentido mejor que cuando soy malvada- ambas soltaron una carcajada
maligna
CAMBIO DE TRAMA
Hippo y Elsa
estaban en el comedor real de Arendelle comiendo solos, Elsa se sentía cada vez
más nerviosa por lo que haría Hans. Además de que había decidido que debía
decirle a Hippo lo que sentía ahora mismo.
Estaban comiendo
pollo y sopa de lentejas, estaba delicioso todo.
Elsa lucía su
vestido azul que tanto le gustaba y traía el cabello suelto, mientras que Hippo
traía un traje bastante elegante muy parecido al de Hans.
Ambos reían y
bromeaban, estaban realmente enamorados.
Elsa suspiró, era
hora de decírselo a Hippo.
Mientras tanto,
Anna observaba a Hans.
-
¿Qué
es lo que haces?- preguntó
-
Hoy se
desharán de mí, mi plan contra Mérida está en marcha.
-
¿Espera?
¿Plan? ¿Mérida? Ni se te ocurra- Anna intentó correr para avisarle a Mérida
pero Hans la tomó de las muñecas y la lanzó dentro de una habitación, a
continuación cerró con llave la puerta.
CAMBIO DE TRAMA
Simba se había
asustado mucho tras la repentina presencia de Clayton y Lupin.
Entonces, como por
arte de magia Clayton se esfumó.
-
Lamento
haber llegado así- dijo Lupin- soy el profesor Lupin, y he venido a ayudarlos.
Supe que estaban en peligro. Tienen que venir conmigo
-
¿Qué
hay de mi familia?- dijo Simba- Vamos por ellos
-
Claro-
dijo Lupin
Siguieron
caminando y llegaron al fin con Nala, Kopa, Kiara, Timón y Pumba.
Lupin pronunció
unas extrañas palabras y todos desaparecieron de la sábana.
Aparecieron en una
habitación larga, donde estaba una chica rubia con un bebé y un anciano de
largas barbas.
Al parecer la
rubia se espantó cuando vio a los leones, pero no el anciano.
-
Bienvenidos
al castillo de Walt Disney- dijo el anciano dando la bienvenida a todos.
-
¿Walt
Disney?- preguntó Pumba- ¿Y él quién es?
-
Su
creador, por desgracia ahora no está ahora pero lo traeremos pronto. Ella es
Aurora y su bebé es Felipe.
-
Ellos
son Simba, Nala, Kopa, Kovu, Kiara, Timón y Pumba- dijo Lupin señalando a cada
uno que mencionaba.
-
Un
gusto- dijo la princesa Aurora
CAMBIO DE TRAMA
Elsa e Hippo
habían acabado de comer.
-
Hippo...
¿Podemos salir? Hay algo que quiero decirte
-
Claro-
dijo Hippo sonriendo.
Salieron a un
jardín en el que tampoco había nadie.
-
Bien...-
suspiró Elsa- Hay una cosa muy extraña que he estado teniendo estos días...
Y... es la primera vez que lo siento, así que no sé exactamente que es pero...
Creo que estoy... enamorada de ti, Hippo- Elsa suspiró de nuevo.
Hippo sonrió. Tomó
la cintura de Elsa y comenzó a acercarla hacia él.
La reina de las
nieves no sabía que pasaba pero le gustaba.
-
¿Ya
diste tu primer beso?- preguntó Hippo
-
No-
contestó Elsa apenada
-
Bien,
pues en unos pocos minutos podrás contestar que sí.
Entonces, sus
labios se juntaron. Él la había besado. Elsa continuó el beso. Sus labios eran
suaves.
Lo amaba.
Y quería estar con
él por mucho tiempo. Lo amaba de una manera extraña. Era un amor muy distinto
al que sentía por Anna.
Ella lo amaba,
sentía su calor contra el suyo y no quería dejarlo.
Se sentía cómoda
con él.
Su calor, eso era
lo único en lo que ella pensaba.
Estaba
perdidamente enamorada.
Su cabello. Oh,
dios, su cabello era tan hermoso. Era un sueño.
Estaba
perdidamente enamorada.
Sus ojos. Esos
ojos la hacían perderse y no encontrar la salida. ¿Y para qué quería salir?
Estaba
perdidamente enamorada.
Pero sin duda, lo
que más amaba de él era su personalidad. Esa personalidad valiente y tierna. De
esa personalidad despreocupada y valiente.
Y él también la
amaba.
Amaba su sonrisa.
Amaba sus bellos
ojos.
Su único y
especial cabello.
Amaba esa forma de
ser que tanto disfrutaba de ver. Su fortaleza y capacidad de sonreír ante todo.
Estaba
perdidamente enamorado de ella.
Lo abrazó y se
separaron. Elsa tenía una sonrisa de lado a lado, al igual que Hippo.
El chico la tomó
de la mano y la jaló. Entonces la imagen de Mérida llegó a la mente de Elsa.
-
Hippo...
Hay otra cosa que quiero decirte.
-
¿Qué
pasa amor?
-
Bueno...
Es que...- Elsa estaba muy nerviosa- Hans planea traicionar a Mérida.
-
¿Qué?
¿Cuándo?- Hippo parecía alarmado
-
Hoy,
en la azotea. Y yo... Yo lo permití.
-
¿Qué
quieres decir?
-
¡Yo
sabía que Hans era malvado! Él intentó matarme una vez, y ahora regresó
diciendo que... que él iba a hacerle daño a Anna si no seguía sus instrucciones,
Hippo, amo a mi hermana y no podía permitirme que la dañaran.
-
Tranquila...
voy por Mérida- Hippo subió a toda velocidad las escaleras.
Elsa se quedó
preocupada, todo esto era su culpa. Entonces se le ocurrió una idea. Fue
rápidamente a los establos.
-
Chimuelo...-
le dijo la chica al dragón- Necesito tu ayuda...
CONTINUARÁ...