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Ya hemos viajado a Arendelle
en ocasiones anteriores, así que no creo que necesitemos presentación.
De igual manera, ya conocen
a Elsa, y hemos visto un poco del mundo de Anna. Ahora la conoceremos mejor.
Imagina una enorme
habitación, con una enorme cama de color rosa, tan enorme que podrías meter
fácilmente a una familia entera.
Ahora imagina lo que
sentirías si fueras la única persona que se encuentra ahí.
Agrégale ahora que no tienes
nadie más con quién hablar, tus padres están constantemente viajando, tu
hermana no abre la puerta y los sirvientes del palacio siempre cuentan las
mismas aburridas historias.
Así vivía la pequeña Anna,
con apenas seis años.
A tan temprana edad la
habían privado de todo lo que tenía. Salía del palacio muy pocas veces, y
cuando lo hacía no veía a nadie más que a los guardias, pues no le era
permitido ir más allá del pueblo.
Su única compañía eran los
libros, de lo que sea.
Cada día, sin falta tocaba a
la puerta de su hermana pidiendo que le hiciera un muñeco.
Pero nunca le abría.
Solamente se veían en el
comedor, y había ocasiones en las que Elsa no bajaba. Anna no entendía que le
había hecho a su hermana.
No entendía casi nada de su
vida.
***
Cierto día, llegó un
gobernante de unas islas cálidas a Arendelle. Anna estaba de lo más emocionada.
Además, vendría su hija, Rani.
Para ese entonces Anna no
tenía más de nueve años.
Rani era un año mayor, tenía
trenzas de color negro y piel morena.
-
¿Tú eres la
princesa?- preguntó Rani sonriendo.
-
Pues… sí-
contestó Anna riendo- Pero no me siento realmente como una princesa refinada y
aburrida.
Rani soltó una carcajada.
-
¡Lo sé! Es por
eso que odio ser princesa- dijo la morena- Todos esperan que seas tan refinada
y elegante. Blag.
Hizo gesto de estar
vomitando.
Anna sonrió mientras reía
con fuerza.
-
¿Quieres ver
algo?- le preguntó Rani.
Anna asintió.
Rani traía una bolsa rosa,
de la que sacó un inmenso libro con el título de Érase Una Vez.
Anna sonrió mientras Rani le
leía las historias. Hablaban sobre personajes que vivían en un lugar llamado “El
Bosque Encantado”.
Durante la semana en que
Rani estuvo en Arendelle Anna y Rani se volvieron grandes amigas, Anna le
enseñó todos los escondites y secretos que había en el palacio, y Rani le contó
historias de dónde venía. Fascinando a Anna con el mundo exterior.
Un par de veces vieron a Elsa en alguna
ceremonia y en un par de comidas, pero no intercambiaban más de unas palabras,
lo que le dolía mucho a Anna.
La despedida fue muy dura,
Rani le dio un abrazo muy fuerte a Anna mientras ésta lloraba.
-
Nos veremos
luego… ¿cierto?
-
Claro que lo
haremos- le dijo Rani sonriendo.
-
Gracias, Rani,
eres la única amiga que he tenido. Claro, después de Elsa. Pero ella y yo ya
casi no hablamos.
-
Eres mi mejor
amiga- susurró Rani.
-
Y tú la mía-
Anna le sonrió.
-
Hay algo que
quiero darte- dijo Rani pasándole el libro de cuentos.
-
Pero… es tu
libro- Anna parecía confundida.
-
Me lo devolverás
cuando volvamos a vernos.
Anna sonrió.
Se despidió de Rani con la
mano cuando ésta subió al barco, la había hecho sentir querida. Y eso era lo
único que Anna necesitaba, saber que le importaba a alguien.
***
Gracias a Rani, Anna encontró una nueva salida: los
libros.
Devoraba día tras día un
libro de la biblioteca. Los leyó todos. Incluidos libros sobre la historia de
Arendelle, y de otros reinos. Había uno que le gustaba mucho sobre un espejo
mágico y un rey resentido.
Pero Anna tenía un
predilecto entre todos ellos. Era Orgullo
y Prejuicio de Jane Austen. *
Describía el amor como una
forma tan bella que Anna se convenció a
toda costa que para ser feliz necesitaba a un hombre que la amara.
Toda su vida había sido la
sobra, toda su vida había sido la segunda hermana, la que había nacido
demasiado tarde.
Pero ella sabía que era
mucho más que la sobra. Y estaba decidida a encontrar a alguien que la viera
como mucho más que la sobra.
Para ese entonces Anna ya
tenía quince años.
***
Poco después, los padres de
Elsa y Anna viajaron a una boda.
Anna intentó convencerlos de
que la llevaron, pero no lo hicieron, para la desgracia de ésta.
Elsa les pidió que se
cuidara, y les deseó suerte, después de un rápido abrazo.
Tiempo después, llegó la
noticia.
Las únicas personas a las
que les importaba Anna, o que al menos lo demostraban se habían ido.
Por supuesto que lloró. Y
lloró mucho.
Lo que más le dolió fue que
Elsa ni siquiera se tomó la molestia de ir al funeral.
Anna tocó a su puerta por
última vez.
-
Elsa- susurró-
Sé que estás ahí dentro.
Me han preguntado a dónde fue.
Que sea valiente, piden de mí.
Y traté.
Te vengo a buscar.
Déjame entrar.
Tú eres lo que tengo.
Sólo escúchame.
Ya no sé qué hacer.
Suspiró, haciendo la
petición que había hecho tanto. Imaginando que la puerta se abría y Elsa le
abrazaba, y le decía que estarían juntas a partir de ahora.
¿Y si hacemos un muñeco?
Pero no abrió la puerta. Se
quedó paralizada, mientras silenciosas lágrimas se convertían en hielo.
Anna estuvo ahí durante
horas, llorando con fuerza, esperando a que ocurriera un milagro.
Pero, como siempre en la
vida de Anna, nada salía como quería.
***
Un poco después del
cumpleaños número dieciocho de Anna fue la coronación de Elsa.
Anna estaba que brillaba.
Al fin entraría gente al
castillo.
¡Al fin hablaría con su
hermana!
¡Alguien la vería!
Y tal vez, sólo tal vez
encontraría al amor. Encontraría a su Mr. Darcy.
Pero se llevó una gran
sorpresa.
¡Rani estaba ahí!
Corrió a abrazarla, y Rani
hizo lo mismo.
-
¡No puedo
creerlo!- dijo Anna dando brincos de emociones- ¡Luces hermosa!
-
¡Mira quién lo
dice! ¿Cómo va todo? Lamento mucho lo que paso con tus padres.
-
Va todo de
maravilla- Anna estaba que brillaba- ¡Al fin veré el mundo exterior!
Rani la vio con ternura.
-
Mi boda será
pronto- anunció ella- Si quieres venir a vivir a mi reino, el cuál gobernaré,
eres bienvenida. Irás a dónde quieras, y tendrás muchos amigos.
Anna lucía confundida.
-
No puedo irme.
No dejaré sola a Elsa.
Rani parecía incrédula.
-
Pero ella… ella
te ha hecho eso toda tu vida.
-
Lo sé, Rani,
pero es mi amiga. Es mi hermana, y debe tener una razón.
-
Está bien- Rani
sonrió triste mientras abrazaba a Anna.
Anna le dio su libro con una
sonrisa.
-
Espero ir a tu
boda- dijo riendo.
-
¡Claro que irás!
¡Será la boda del siglo!
Se abrazaron.
***
-
Y ahora… ¡La
princesa Anna de Arendelle!
Anna se paró junto a su
hermana mientras saludaba tímidamente. Los presentes fueron a disfrutar del
banquete después de aplaudirla.
Estaba tan emocionada.
¡Había conocido a un
príncipe! ¡Y no a cualquier príncipe! ¡A un príncipe tan encantador!
-
Emm… Hola- era
Elsa
Anna se confundió al oírla.
-
Es… ¿a mí?
-
Claro que es a
ti- contestó ella riendo.
Y estuvieron así por mucho
tiempo. Platicaron, charlaron. Anna se sentía tan feliz. Hubo una pequeña
discusión sobre abrir el castillo… pero no era nada. Todo iba de maravilla.
Hasta que le presentó a
Hans.
Oh. Todo se arruinó.
Elsa reveló sus poderes. Y
salió huyendo.
***
Anna tenía el corazón
congelado. Elsa la había congelado por accidente. Y Hans había demostrado ser
un sucio mentiroso.
Olaf y ella corrían a toda
velocidad para encontrar a Kristoff, quién descongelaría a Anna.
Anna sentía en cada paso que
todo estaba perdido, pero debía seguir avanzando. No podía parar.
Siguió corriendo.
***
-
¡Anna!- gritaba
Kristoff angustiado.
Al fin. Anna lo veía a la
distancia. Ahí estaba. Su verdadero amor. ¿Cómo es que no se había dado cuenta
antes?
Estaban tan cerca. Tan sólo
un beso. Y no tan sólo la descongelaría.
La libraría de todo. De todo
lo que había tenido que cargar. Ya no sería la sobra y al fin le importaría a
alguien.
Anna vio un destello de
reojo. Volteó.
No.
Hans iba a matarla.
Hans iba a acabar con Elsa,
quién estaba indefensa en el suelo.
Y entonces lo vio todo
claro.
Nunca había sido la sobra.
Siempre le había importado a
Elsa.
Y al final, no importaba si
ella moría congelada. Lo importante era que Elsa pudiera seguir viva. Ayudaría
a Kristoff, a Rani, a Sven y a Olaf a seguir adelante. Ella no era necesaria.
Corrió y detuvo a Hans,
mientras lanzaba un suspiro.
Elsa sollozó al ver a su
hermana congelada y la abrazo llorando. Kristoff no podía creerlo.
Pero, un inmenso calor se
apoderó de Anna.
Se descongeló.
Anna se había salvado a ella
misma con el acto de amor hacia Elsa.
Elsa lloraba con fuerza de
tan feliz que estaba.
Rani, quién observaba a la
distancia vitoreaba.
Kristoff y Sven sonreían.
-
Anna- susurró Elsa.
-
¿Sí?
-
¿Y si hacemos un
muñeco?
Anotaciones:
·
Según los
animadores Frozen se encuentra ambientada en 1840, y Orgullo y Prejuicio es un
libro de 1813. El libro hace una crítica al matrimonio obligado y satiriza su
época. Sigue las aventuras de las hermanas Bennet para encontrar marido. Protagonizada
por Elizabeth Bennet, una chica inteligente y cuestionadora. Es una comedia
(para su época), pero también trata mucho sobre el amor verdadero y los
beneficios de éste.
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