Tercera Estrofa
Jack
y Elsa caminaban despreocupadamente, como si fueran solamente una pareja de
novios o amigos en una noche navideña, viendo la nieve y señalando a su
alrededor, pero en realidad no lo eran. Eran una pareja de extraños que cada
vez se comenzaban a sentir más unidos al otro, que iban en busca de la estrella
de Belén porque uno de ellos no era feliz. Bastante más complicado, ¿no?
Jack
cada vez comenzaba a sentirse de una manera extraña ante Elsa. Se sonrojaba
cada vez que ella lo miraba o le preguntaba algo, y no quería dejar de verla
nunca.
Elsa
sentía mucha curiosidad por Jack, y comenzaba a sentir que era una persona
increíble, tenía tantas ganas de conocerlo…
Entonces
comenzó a sonar una música hermosa.
Jack
miró a Elsa confundido.
-
¿De dónde viene eso?
Ella
sonrió y algo en el interior de Jack gritó de desesperación.
-
Los ángeles dan estupendos conciertos en
navidad- respondió como si fuera lo más obvio del mundo.
Lo
miró y sonrió de nuevo.
Era
una chica muy extraña.
Siguieron
caminando.
-
No le veo mucho sentido a la búsqueda…
sólo cami…
Elsa
le indicó que se callara por señas. Escucharon sollozos, de nuevo.
Jack
y Elsa se acercaron sigilosamente.
Un
hombre jorobado y con bastantes deformaciones estaba sentado en la banqueta
mientras lloraba ruidosamente.
Jack
se acercó y le puso la mano sobre el hombro.
-
¿Se encuentra bien?
El
hombre lo miró asustado con sus ojos de color verde.
-
Me llamo Quasimodo- susurró- Lamento si
le causé problema…
-
No hay problema- contestó Jack- Sólo
quería ver si se encontraba bien.
Quasimodo
lo miró confundido.
-
No mucho- su voz comenzó a cortarse- Mi
esposa está terriblemente enferma, y le prometí que está sería la mejor navidad
pero…- comenzó a sollozar- Acaban de robarme todo lo que había comprado para la
cena.
Comenzó
a llorar ruidosamente mientras se apoyaba en sus rodillas.
Jack
lo miró con ternura.
-
No te preocupes, puedo ayudarte.
Quasimodo
lo miró confundido.
-
Te daré algo de dinero- susurró
lentamente- Y no tienes que pagar nada.
El
hombre comenzó a negarse, pero al final no pudo ceder ante las insistencias de
Jack.
Tomó
el dinero con lágrimas en los ojos y abrazó a Jack.
El
chico de nuevo se transportó a otro mundo.
***
Ésta
vez tenía catorce años.
Venía
caminando en la acera después de la escuela, hablaba con su mejor amigo:
Tadashi Hamada.
Hablaban
de videojuegos y de exámenes.
Entonces,
vieron a lo lejos como un grupo de bravucones golpeaba a la pequeña Lilo.
Jack
y Tadashi se acercaron corriendo.
-
¡Basta!- gritó Jack con fuerza.
-
¡Es sólo una niña!- les dijo Tadashi
furioso.
La
banda de bravucones se acercó a golpearlos.
Lilo
salió corriendo.
Jack
y Tadashi habían terminado bastante golpeados, pero se habían sentido bien,
pues sabían que habían ayudado a la pequeña Lilo.
***
Cuando
Jack volvió de sus recuerdos volvió a sentir aquella sensación de paz y
tranquilidad.
Se
sentía feliz.
Quasimodo
se despidió de ambos, y siguieron caminando.
Entonces
escucharon, por tercera vez, un sollozo.
Ésta
vez fue Elsa quién fue hacia allá.
Una
mujer de cabello rubio y ojos verdes estaba llorando en una banca.
-
¿Qué te pasa? ¿Estás bien?- preguntó
Elsa.
La
chica negó con la cabeza.
-
¿Cómo te llamas?
-
Rapunzel- contestó la chica, con la voz
hecha un desastre.
Jack
se acercó un poco más.
-
¿Quieres contarnos lo que ocurre?
Ella
asintió.
-
Fui despedida- contestó muy triste- Se
supone que hoy es navidad, pero me despidieron de mi trabajo, y ahora no podré
tener una navidad feliz.
Jack
la miró.
-
No tienes por qué estar triste- susurró-
Te contrataré en mi empresa.
Los
ojos verdes de la chica se iluminaron.
Ella
abrazó a Jack mientras lloraba de alegría.
***
Jack
volvió a un recuerdo de su pasado.
Ésta
vez era más reciente. Un poco antes del accidente de sus padres.
Jack
venía camino a la universidad.
Un
pequeño niño parecía tener mucho frío, sus piernas temblaban. Se acercó a Jack
con una caja de paletas.
El
chico le dio una gran cantidad de dinero, y ni siquiera le pidió las paletas al
niño.
No
recordaba que había sucedido después, sólo recordaba aquel sentimiento que lo
hacía tan feliz que podía explotar.
***
Después
de despedirse de Rapunzel, Elsa miró a Jack emocionada.
-
¿Qué ocurre?
-
La encontramos. Encontramos la estrella
de Belén.
CONTINUARÁ…
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