CAPÍTULO
6
EL CÓMPLICE
En serio que me agradaba.
No quise matarlo. Aunque
no lo maté yo exactamente.
***
Era la mitad de la
madrugada. Mi cómplice y yo estábamos enmascarados y vestidos de negro, para que
nadie nos reconociera.
-
¿Tienes las llaves?-
susurré.
-
Sí- contestó, su voz
sonaba robótica como la mía, pero aun así se notaba que era la de un hombre.
Sacó las llaves.
-
Esperemos que duerma.
Él asintió.
Abrimos. Milo estaba
recostado en su escritorio, el sueño le había ganado. Comencé a inspeccionar.
No estoy loca. Un loco no lo habría hecho con tanta precisión.
Y encontré el sobre que
contenía las muestras de mis huellas digitales. Había sido una estúpida al
dejar rastro.
Saqué un encendedor y lo
quemé. ¿Ven como no estoy loca?
Luego vi que Milo tenía
varias hojas. Había acertado a mi identidad. Hice una mueca y quemé cualquier
cosa que tuviera mi nombre.
Mi cómplice sacó una
daga.
-
¿Me haces los honores?-
susurró.
-
No- contesté lentamente-
Tú encárgate del trabajo sucio, yo me encargaré de espantarlas.
Asintió. No estoy loca.
Le atravesó el cuchillo a
Milo rápidamente. Tomé su pulso. Disminuyó rápidamente. ¿Una loca había hecho
eso?
Milo estaba muerto.
Sonreí.
De acuerdo, sí estoy un
poco loca.
Está bien. Muy loca.
***
Las malditas habían sido
liberadas de la casa, junto a los demás sospechosos. Pero seguían viviendo
juntos, ahora en el palacio de las princesas. La única diferencia era que ahora
podían andar libremente por Disneyland, sin salir de la ciudad.
Tenían la atención y
cuidados que habían tenido siempre. Blair, La Reina Malvada, Jafar y Daphne
estaban muy felices con ello.
Y yo también. Mi plan iba
de maravilla.
***
Rapunzel recibió un
mensaje de “el celular de Milo”. En realidad mi cómplice se lo había mandado.
Te necesito en la comisaría a las diez. Es importante.
La chica, que estaba muy
feliz en el castillo de las princesas se encogió de hombros.
Ya estaba por la salida
cuando se encontró con Vanellope y Ralph.
-
¿A dónde se dirige?-
preguntó Vanellope.
-
Creí que podíamos salir a
dónde quisiéramos.
-
Así es- afirmó Ralph-
Pero Milo nos pidió que registráramos a donde iban.
-
Está bien- la chica se
encogió de hombros- A la comisaría.
Salió. No sabía lo que le
esperaba.
Ya quería verla sufrir.
***
Tocó lentamente a la
puerta.
-
¿Milo?- susurró- ¿Estás
ahí?
Después de tocar un par
de veces más, se desesperó y empujó la puerta, que se abrió con facilidad.
Hubieran visto su expresión de horror.
Del techo colgaba Milo,
con ambos brazos clavados.
Debajo de él había
escrito con un plumón rojo:
No es el
primero, ni será el último. Cuiden sus espaldas, perras.
XOXO.
-
The Wicked Bitch.
La chica comenzó a
respirar con dificultad, intentado asimilar lo que había pasado. Lo habían
matado. No volvería a ver la sonrisa de Milo, ni sus chistes. Nunca lo volvería
a ver con vida.
Cayó de rodillas al
suelo, soltando un grito que desgarró su garganta. Pronto daba golpes en la
alfombra mientras se cubría los oídos.
Gritaba que alguien la
ayudara.
Me alegro de haberla
hecho pasar un mal rato.
***
Garret y Katherine
consolaban a Rapunzel.
Les había explicado todo
lo que había pasado.
-
Creo que es lógico que
alguien te tendió una trampa para que encontraras el cadáver de Milo- susurró
Katherine- La pregunta es… ¿Quién?
-
¿Está ligado al asesinato
de Jessica?- preguntó Garret.
-
Probablemente- respondió
Rapunzel con la voz temblando. Les explicó todo lo que yo les había hecho los
últimos días.
Olvidó el detalle de que
una de las princesas era la responsable de lo de Jessica. Bueno, sólo del
secuestro. Pero es cómplice, ¿no?
-
Investigaremos más sobre
el caso. Hoy haré entrevistas con todos y cada uno de los sospechosos, así como
la gente cercana a Milo. ¿Hay algo más que quieras decirnos?- preguntó
Katherine.
-
¿Quién coordinará todo
ahora? Quiero decir, Milo era el jefe. ¿Quién lo será ahora?
-
Yo- contestó Garret- Era
su mano derecha y me dejó a cargo en caso de algún inconveniente.
La chica asintió, aún
asustada.
Marica.
***
Blancanieves, Aurora y
Cenicienta estaban de compras en el centro comercial.
-
Todo este estrés merece
todo un guardarropa nuevo- aseguró Aurora mirando ropa.
-
Sí, y nuevas zapatillas-
susurró Cenicienta.
-
Ni siquiera The Wicked
Bitch impedirá que estemos a la moda.
Ah, ¿no?
***
Rapunzel les contaba a
todos los héroes-y los demás- lo que había sucedido con Milo. Todos se veían
muy preocupados y tristes por la noticia.
Bella se limpiaba las
lágrimas, mientras que Blancanieves lloraba ruidosamente. Le encanta llamar la
atención.
Los más afectados eran
los hombres, pues Milo solía ser un buen amigo suyo.
-
No es justo- susurró
Flynn- Sólo porque a una psicópata se le ocurra vengarse tienen que morir
tantas personas.
Gracias por decirme
psicópata. Pero… ¿tantas? Van dos, soso. Y es sólo el comienzo.
Todos estuvieron de
acuerdo. Sus cerebros son de plástico.
***
Caminaba apresuradamente
por los pasillos del hospital.
Tenía que encontrar el
cuarto 846.
844, 845, 846. ¡Al fin!
Entre apresurada.
Mi Kuzco estaba acostado
en la cama.
Sonreí.
Le dejé una rosa blanca
en un jarrón con agua.
-
Lo lamento- susurré- Pero
todo esto es parte del plan. Algún día volverás a ser el mismo de antes.
***
Blancanieves soltó un
grito que espantó a todos en el castillo. Subieron inmediatamente.
-
¿Qué ocurre?- preguntó
Ferdinand.
-
¡Mi armario!- contestó
ella llorando exageradamente.
Bella abrió su armario, y
se quedó boquiabierta.
Todas sus prendas estaban
cortadas en pedacitos.
Debajo tenía una nota
mía.
Si yo
quiero impediré que estés a la moda, come-manzanas melodramática.
-
The Wicked Bitch.
***
Garret miraba toda la
evidencia que tenían hasta ahora.
Nada.
Ja.
Kida lo miraba
frenéticamente.
-
Milo sabía quién estaba
detrás de la máscara- susurró ella limpiándose las lágrimas.
-
Esa es la razón por la
que creemos que fue asesinado- le dijo Garret, preocupado.
Entonces entraron Daphne
y Peter. A los héroes les encanta meterse en todo.
-
¿Pasa algo?- preguntó
Garret visiblemente molesto.
-
Sí, hermano- contestó
Peter con voz de fastidio.
-
¿Qué ocurre?- susurró
Kida.
-
Tenemos una pista-
anunció Daphne- Pero no estamos seguros de su veracidad.
-
¿Quién se las dio?-
preguntó Katherine, quién miró a Daphne con cara de desprecio.
-
La misma Wicked Bitch.
Obviamente había sido yo.
¿Quién más?
Les enseñaron un mail,
era del mismo correo con el que les había vendido la casa maldita.
ODIADA
DAPHNE, INSOPORTABLE AMIGA DE LAS AÚN MÁS INSOPORTABLES PRINCESAS DISNEY:
CREO QUE
ESTÁN MUY PERDIDOS. Y DETESTO CUANDO NO HAY ACCIÓN EN UN JUEGO, ASÍ QUE VOY A
REVELARLES UN POCO DE LA HISTORIA.
TENGO
DOS CÓMPLICES. O AL MENOS SÓLO PIENSO REVELAR ESE NÚMERO POR AHORA.
UNO DE
ELLOS MATÓ A MILO, ESTANDO YO PRESENTE Y DANDOLE INDICACIONES.
EL OTRO
SECUESTRÓ A JESSICA Y ME LA ENTREGÓ. YO ME ENCARGUÉ DE MATARLA.
LES DARÉ
UNA PISTA: EL SECUESTRADOR DE JESSICA ES UNA PRINCESA DISNEY.
XOXO,
THE
WICKED BITCH.
P.D.
PUDRÉTE, ESPERO QUE TE ASESINEN PARA NO TENER QUE HACERLO YO PRIMERO.
Garret los miró.
-
Podemos rastrear la
dirección de dónde mandaron el e-mail- susurró.
-
Ya lo hicimos- alegó
Daphne- Nos llevó al basurero municipal.
-
Entonces tenemos la
historia: hay tres personas, o podría haber más, implicadas en el caso. Una de
ellas es una princesa Disney. Ambos asesinatos están ligados, y la mente
maestra es una tal “The Wicked Bitch”.- aclaró Katherine- Y las princesas son
el centro de todo.
-
Así es- afirmó Daphne.
-
Éste caso es peor de lo
que creí- dijo Kida sorprendida.
Ay querida, el juego ni
siquiera ha empezado.
***
Katherine
Norton entró al palacio de las princesas. Les contó lo que habían encontrado en
el mail.
Chismosa.
-
A continuación, y después de las entrevistas que he tenido, colgaré una
lista de sospechosas. No hay ningún rencor, solamente son las pistas más
evidentes.
La lista decía lo
siguiente.
1. Elsa
2. Anna
3. Tiana
4. Bella
5. Blancanieves
-
¿Cuáles son las razones de ésta lista?- preguntó Elsa nerviosa.
-
Elsa y tú son sospechosas por haberse guardado información- contestó ella
rápidamente- Las otras tres son las únicas de ustedes con ojos cafés, ordenadas
por orden de capacidad de secuestrar a alguien.
Tiana abrió la boca,
ofendida.
Bella se puso pálida.
Blancanieves continuó
pintándose las uñas.
Bueno, sí que acertó en
un nombre.
***
Garret estaba en casa de Jessica Rabbit, investigaba todo lo que había dentro.
Entonces, comenzó a escuchar pasos. El corazón se le aceleró. Sabía que
Roger estaba en una isla, lamentándose, y que todo el personal había sido
despedido. ¿Quién podría estar adentro?
Obviamente no era yo. ¿Qué haría en casa de una muerta?
Subió lentamente, sacando su pistola.
-
¿Quién anda ahí?- gritó
asustado.
-
¡Rapunzel, Blair y Flynn!
Bajó la pistola rodando
los ojos.
-
¿Qué hacen aquí?-
preguntó él mirándolos a la cara, confundido.
-
Estamos investigando-
contestó Rapunzel- Sabemos que el culpable está entre nosotros, y queremos
saber quién es antes de morir a sus manos.
-
Es una buena acción, pero
la persona que está entre ustedes sólo secuestró a Jessica, no la asesinó-
contestó él.
-
Como sea. Es psicópata-
susurró Blair.
-
Está bien. Pueden
ayudarme- contestó él.
Que lindos. Sherlock
Holmes, Watson y… ellos.
Estuvieron investigando
un buen rato.
-
¡Encontré algo!- gritó
Blair sacando una caja rosa, estaba escondida debajo de un escalón.
-
¿Cómo encontraste eso?-
le preguntó Garret alzando una ceja.
-
Trabajaba aquí. Jessica
escondía cosas aquí constantemente- contestó ella de manera cortante.
Lo abrieron. Joyas,
celulares, cartas de Roger… y una hoja en blanco.
-
¿Qué es esto?- preguntó
Garret.
-
No creo que sea
importante- aseguró Blair- Alguna carta a Roger que no escribió nunca.
Rapunzel, cuando nadie la
veía, la guardó.
***
Rapunzel y Flynn se
encontraban en su cuarto en el palacio de las princesas.
-
Flynn- susurró ella- Es
tinta invisible.
La chica estudiaba la
hoja.
-
¿La trajiste?
-
Había algo raro en ella-
contestó preocupada- Tinta invisible.
Después de intentar con
varios químicos al fin pudieron leer la carta.
-
Es una amenaza de muerte-
susurró Flynn.
-
¿Ya viste quién firma?
Efectivamente era una de
ellas.
-
Vamos a decirle que lo
sabemos- afirmó Rapunzel.
***
Ambos se acercaron a la
chica. La vieron directamente a sus ojos cafés.
-
Lo sabemos- afirmó Flynn.
-
¿Saber qué?
-
Que tú secuestraste a
Jessica Rabbit- susurró Rapunzel.
La chica palideció, y
luego esbozó una sonrisa.
-
Sí- susurró- Y si dicen
algo, serán los siguientes.
-
No te tenemos miedo.
-
Pero a mí sí- salí de
detrás de ella- Si se atreven a delatarla serán los próximos en morir.
Rapunzel nos miró, al
igual que Flynn.
-
No podrán ocultar la
verdad por siempre.
-
Pero ustedes sí, ¿hecho?
Los miró con rencor.
-
Hecho- susurraron ambos.
***
Mi cómplice se encontraba
conmigo mirando las estrellas.
-
Llegaste tarde- susurré.
-
Lo sé- contestó- Estuve
ocupado.
-
Rapunzel y Flynn
descubrieron a la chica.
-
No fue cuidadosa-
contestó él lentamente- Debió haber eliminado toda la evidencia, como hice yo.
Lo miré fijamente.
-
Eres un gran cómplice.
-
Es un placer haber
matado a Milo para ti.
Lo volví a mirar y
sonreí.
-
Lo mismo digo, Garret.
CONTINUARÁ…
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