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El Hada Madrina: El mejor talento de
todos.
Todos
hemos escuchado hablar de hadas.
Pero…
¿sabes de dónde provienen? ¿Alguna vez te lo has preguntado?
Pues
bien, ahora te daré la respuesta.
Todas
las hadas viven en la Hondonada de las Hadas. Cuando un bebé ríe por primera
vez, un hada es creada.
Y el
viento las lleva a su hogar: la Hondonada.
Ahí,
viven felices y en paz, donde les ayudan a desarrollar sus talentos y ser
mejores hadas.
Hay
varios talentos: hadas artesanas, hadas de los animales, hadas del jardín,
hadas del arte, hadas del agua, hadas de luz, hadas de vuelo veloz, hadas de
hornear…
Y
así, cada hada tiene su talento.
Hasta
cierta ocasión, en la que un hada se quedó sin talento.
***
Un
niño ríe, y una flor vuela a la hondonada.
Ahí,
todas la reciben emocionadas.
Cuando
la bañan en polvillo, un hada se pone de pie. Y es la más hermosa hada que
alguien ha visto jamás.
Es
pelirroja. Ojos verdes, piel pálida y con pecas. Sus alas son grandes y
brillantes.
-
¿Hola?
– pregunta.
La
Reina Clarion, sonriente, se acerca.
-
Bienvenida
a la Hondonada. ¿Cómo te llamas?
-
Bracken-
dice, casi sin pensarlo.
Alrededor
de ella hay un símbolo de cada talento. Se debe acercar a cada uno, y así le
dirán que es.
Pero
no ocurre nada, por más que se acerca, y toca todo lo que puede, no tiene
talento.
Todos
susurran y exclaman, confundidos.
Ella
tiene ganas de llorar.
Pero
la Reina Clarion sabe exactamente lo que ocurre.
-
He
estado esperando por mucho tiempo este momento. Ella no es un hada común.
Todas
y todos voltean a verla.
-
Es
un hada madrina.
***
¿Un
Hada Madrina?
¿Y
eso qué significa?
Antes
de poder preguntar, Bracken es mandada a su casa. Una pequeña choza cerca de
las hadas del jardín. Es bonita, pero la pelirroja no puede dejar de pensar en
lo que acaba de ocurrir.
Y
las demás hadas tampoco.
Alguien
toca a su puerta.
Ella
abre, temerosa.
-
¡Hola!
- dice la chica sonriendo- ¡Soy Rossetta! Soy un hada del jardín, y bueno…
somos vecinas así que pensé que tal vez podíamos ser amigas y…
Es
pelirroja. Y muy bella, tiene un vestido rosa. No para de hablar. Bracken
sonríe, incómoda.
-
¡Creo
que debería hacerte un vestido! El blanco no te favorece nada…
Bracken
frunce el ceño.
-
Mmm…
no estoy segura…
-
¡Oh
vamos! ¡El azul se te vería increíble! Y ya que no tienes talento…
Al
final, terminó con un vestido de cada color posible.
-
Rossetta,
eres muy amable, pero yo…
-
¿Sabes
que eres toda una leyenda?
Eso
bastó para interesarla.
-
¿Yo?
-
¡Claro
que tú! ¡Formas parte de toda una leyenda!
Y
entonces se lo contó.
Que
había una antigua profecía que se cantaba en todo Nunca Jamás, sobre un hada
capaz de cambiar de forma, y sin talento, que concedería deseos a todos.
Aturdida,
despidió a Rossetta, que se fue sonriente.
¿Un
hada que cambiaba de forma?
¿Acaso
podía ella…?
Y
entonces se le ocurrió. Podía intentarlo.
Sacó
un espejo. Y se miró.
No
conocía a muchas personas. Apenas había aparecido ese día.
Así
que se imaginó convirtiéndose en Rossetta.
Pero
no ocurrió nada. Nada de nada.
Por
mucho que lo intentó, y trató con todas sus fuerzas, no lo logró.
Era
imposible que ella fuera de quien la profecía hablaba.
***
-
La
Reina Clarion te busca- era la cantarina voz de Rossetta.
Bracken
se levantó, toda despeinada.
-
¿La
Reina Clarion? – preguntó- ¿A mí?
De
un brinco, corrió hacia su amiga.
-
¿Puedo
acompañarte? – preguntó Rossetta- ¡Prometo ser buena!
Entre
risas, Bracken aceptó.
Llegó
con la reina, e hizo una reverencia.
-
Bienvenida,
Bracken- susurró- Hay algo que debo decirte.
-
¿Qué
ocurre, mi reina? – preguntó Rossetta dando saltitos.
Clarion
la fulminó con la mirada.
-
Bracken,
eres un hada madrina.
-
Sí,
eso lo sé… mi reina. ¿Pero qué significa?
-
Tu
destino es conceder a las personas sus deseos. Siempre y cuando, sean buenos, y
de todo corazón.
Rossetta
gritó emocionada.
-
¡Lo
sabía! ¡Lo sabía!
Bracken
la ignoró.
-
Y
eso no es todo. Tienes un gran poder.
-
¡CAMBIAR
DE FORMA! ¡ELLA PUEDE CAMBIAR DE FORMA! - gritó Rossetta. Acto seguido, se tapó
la boca con ambas manos.
-
Rossetta.
Por favor ve a trabajar- suplicó Clarion, intentado ser lo más cortés posible.
Rossetta
un tanto apenada, se retiró.
Pero
antes, le susurró a Bracken.
-
Te
lo dije.
El
hada, riendo, rodó los ojos.
-
Pero…
Reina Clarion, ayer, cuando Bracken me contó la mítica leyenda, intenté cambiar
de forma y yo…
Clarion
sonrió.
-
No
es tan sencillo, querida. Es por eso, que voy a entrenarte.
-
¿A
entrenarme?
-
Así
es, te enseñaré todo sobre ser un hada madrina.
-
Pero,
si soy la única… espere, usted…
Ella
volvió a sonreír.
-
Así
es. Yo soy un hada madrina. Bueno, solía serlo, y viajaba ayudando gente. Pero
fui nombrada reina, y desde ese día espero a otra hada madrina.
Bracken
sonrió.
-
Y
soy yo.
***
No
fue nada sencillo.
Primero,
aprendió a controlar su magia.
Se
dio cuenta de que, al contrario de lo que creía, no era capaz de crear cosas.
Pero
podía transformar cosas.
Y no
podía hacerlo con las manos.
La
Reina Clarion le entregó una varita, blanca y larga.
-
Cuídala
mucho. Dentro…- suspiró- Contiene más poder del que imaginas.
Y se
lo explicó. Contenía una de las seis gemas del infinito, capaces de destruir el
mundo entero.
La
tomó, y se sintió abrumada por tal responsabilidad.
Pero,
como tenía un gran carácter, y era muy animada, no le costó mucho aprender.
Lo
último fue la transformación en otras personas.
Terminaba
agotada, y apenas lograba cambiar de apariencia.
Pero,
con el tiempo, logró dominarlo.
Se
concentraba, y pensaba que ella era uno de los objetos que transformaba y…
¡Boom! De repente, había dos Reinas Clarion en el lugar.
-
Tu
entrenamiento ha terminado- anunció la reina, con una gran sonrisa en el
rostro.
***
Comenzó
en la Hondonada. Concedía deseos a las hadas de buena voluntad, y todas le
adoraban.
-
¡Es
tan genial ser amiga de la famosa hada madrina! - anunció Rossetta.
A
veces incluso, con un permiso especial y en secreto, con las hadas cubiertas,
viajaba al lado invernal de la hondonada, y les concedía deseos a las hadas del
invierno.
Y,
por mucho que lo intentó, supuso un gran fracaso no poder devolver las alas a
Lord Milori.
En
ocasiones se preguntaba de qué le servía el poder de cambiar de apariencia,
nunca lo usaba…
***
-
Irás
a tierra firme- anunció Clarion.
-
¿Qué?
- preguntó ella, sorprendida.
-
¿Creías
que solo servirías aquí? Oh no… ¡en tierra firme hay muchísimas personas que te
necesitan!
Ella,
se puso a dar brincos.
-
Pero,
tendrás que cambiar tu apariencia. Así lucirás más… familiar cuando te vean. Te lo digo por experiencia propia.
-
¿Y
qué apariencia utilizaré?
Clarion
le enseñó una pintura. Era una mujer adorable, anciana y con un rostro muy
amable.
-
¿Y
ella quién es?
-
Es…
el aspecto que yo solía usar cuando iba a tierra firme.
-
¿Y
de dónde salió?
La
reina sonrió.
-
La
primera vez usé mi apariencia normal. Pero, ella fue a la primera que ayudé, y
se asustó un poco al verme. Le tomé mucho cariño, así que para tener un aspecto
menos fuera de lo común, tomé el suyo. Sería un honor que tú también lo
hicieras.
-
Y
así será.
***
Una
joven rubia lloraba en la fuente.
No
tenía idea de que ocurría, pero sus poderes la habían guiado hasta aquí.
Estaba
ya disfrazada, usando el aspecto de la mujer, y con una capa azul.
Estaba
muy nerviosa, era la primera vez que hablaba con un humano.
-
¿Qué
te pasa, hija mía?
La
chica volteó, rebelando sus ojos azules.
-
¿Quién
es usted? - preguntó.
Suspiró.
-
Tu
hada madrina. ¿Cómo te llamas?
Ella
confundida, contestó.
-
Cenicienta.
Y,
entonces, al ver la mirada esperanzada de la niña. Bracken supo que tenía el
mejor talento de todos.
FIN.
Me encanto oye sabias que tienes un gran poder en ti y es el de imaginar y poder crear historias que contengan de todo: romance, misterio, aventura, etc. Y lo digo por tus historias como la de bellas y letales, el fin de disney, let it snow, etc has pensado ser escritor de grande si lo fueras serias uno muy famoso por tu capacidad de escribir no se tu piensalo
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